"No esperábamos salir tan pronto de la cárcel"
A las dos y media de la tarde de ayer salieron de la prisión de mujeres de Alcalá de Henares Concepción Tristán y María Jesús Dasca, dos de los cinco miembros del FRAP condenados a muerte en el consejo de guerra de El Goloso, en septiembre de 1975, y cuya pena sería luego conmutada por la de treinta años de prisión. En la orden de salida figuraba la aplicación de indulto, no de amnistía. Igualmente, a últimas horas de la noche del viernes había salido de la cárcel de la cárcel de Carabanchel Fernando Sierra, condenado en el mismo proceso a veinticinco años. tuvo ocasión de entrevistar a ambas jóvenes.
«Es muy significativo que dos condenadas a muerte hayan sido las primeras en ser excarceladas -dicen- Pensamos que era algo que le convenía al Gobierno, para que cuando el Rey vaya a inaugurar la nueva legislatura los presos más conocidos estén libres. Sería una incongruencia que Suárez, como miembro de UCD, votara a favor de la amnistía, por ejemplo, y que él mismo, como jefe de Gobierno, nos retuviera en la cárcel.»«Por lo demás, no esperábamos que ocurriera tan pronto. Después de los extrañamientos vascos, al apaciguarse un tanto la situación, creíamos que nos tocaría esperar algo más. En cierta forma nos ha sorprendido un poco, aunque lo que sí sabíamos es que no íbamos a cumplir toda la condena, sobre todo después de la muerte de Franco y de la evolución de la situación política.»
Ambas mujeres, jóvenes las dos -María Jesús tiene ahora veintidós años y Concepción, veintitrés-, han vivido momentos importantes de su vida en prisión. María Jesús contrajo matrimonio, y Concepción tuvo una niña, que se encontraba ayer con unos familiares, pero que se ha criado con ella en el departamento de madres del centro. Además, a su salida han encontrato una situación polílica nueva en el país.
Una situación nueva
«Prácticamente aún estamos digiriendo los acontecimientos. En año y medio ocurrieron los fusilamientos de nuestros compañeros. la muerte de Franco y todo lo demás. Aparte que la vida en la cárcel te aísla, aunque dispongas de la prensa. Una manifestación de 200.000 personas es inimaginable desde una celda. En líneas generales, la situación ha mejorado, aunque tampoco seamos demasiado optimistas.»
De los condenados a muerte en el consejo sumarísimo de El Goloso, permanece aún en prisión José Cañaveras, conmutado, también, a treinta años. Los dos restantes, Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, fueron fusilados el 27 de septiembre de aquel año en el acuartelamiento de Hoyo de Manzanares.
Por último, otros condenados a diversas penas son Pablo Mayoral, cuya liberación se espera de un momento a otro; Manuel Blanco Chivite y WIadimiro Fernández.
El director de la prisión de San Antón, en Cartagena, lugar de reclusión de Pablo Mayoral, ha declarado a Cifra que, por ahora, no ha recibido ninguna orden de excarcelación de éste, por lo que, en caso de producirse, no se espera que sea antes del lunes.
María Jesús Dasca y Concepción Tristán se encontraban comiendo y tomando un refresco en un hotel de Alcalá de Henares, acompañadas de varios familiares y amigos, en un clima alegre y tranquilo, cuando acudimos a realizar la entrevista. María Jesús continuó comiendo su emparedado mientras conversábamos.
«Ha ocurrido una cosa curiosa -dicen sobre sus primeras horas en libertad-. Nuestros familiares estaban en Alcalá desde hace un par de días, pero a nosotras nos soltaron a las dos y media de la tarde, en un momento en que no había nadie en la puerta de salida. Parece que a los periodistas se les había dicho que no sería antes de las cinco, y cuando acudieron a esa hora les dijeron que ya no estábamos y que no sabían dónde encontrarnos. Pensamos que el director de la cárcel quiso evitar toda publicidad. Así que nos vinimos andando al hotel, donde sabíamos que estaban nuestras familias.
Ambas han participado desde la prisión -según dicen- en diversos movimientos. Concepción pasó 72 días en celdas de castigo por haber subido en agosto de 1976 al tejado de la prisión con una pancarta en la que se pedía amnistía total. Ahora recuerdan, riéndose, que veintiuno de esos días fueron en castigo por haber utilizado una sábana de la cárcel como pancarta, no por su contenido.
Una vida desesperante
María Jesús fue castigada en Yeserías a otros sesenta días en celdas de castigo por sumarse a una huelga de fiambre. Sólo cumplió unos días. al aplicársele el indulto del día de Navidad. La vida en las cárceles la califican de lo peor, y señalan como una necesidad prioritaria la reforma del sistema carcelario.
«Aunque hay algunos momentos menos malos, como en todo, la vida allí es desesperante. Existen infinidad de castigos y las reclusas viven con el miedo de que se les retire la redención de pena por el trabajo, o que se les supriman las pocas distracciones que tienen.»
«Las "comunes" están aún peor, y las penas que sufren por motivos como el adulterio, el aborto, la prostitución son terribles teniendo en, cuenta, además, que son considerados como delitos hechos que no lo son. Hemos conocido también mujeres que habían matado a sus esposos o incluso a su hijo. Cumplían condenas de veinte y treinta años, pero nadie les ha preguntado qué motivos o qué condicionamientos sociales les ha llevado a actuar así.»
«El miedo es la constante. Si caes enferma y pasas más de quince días en el hospital, los días redimidos dejan de contarse, lo que hace que las reclusas prefieran dejar el hospital antes de ese plazo, aunque no estén restablecidas. Si te mandan a celdas de castigo, te imponen también seis meses, por ejemplo, de suspensión de la redención, y todo así.»
«Esto -siguen en su relato- sin contar con las malas condiciones higiénicas de la cárcel, que tiene más de cien años.»
«Yo -dice Concepción- tuve que ser ingresada en el hospital nueve días cuando fui a la celda de castigo. Tiene dos grandes ventanales, con un cristal muy grueso, y el calor era tan sofocante que padecí principios de deshidratación. En cualquer caso, los peores días fueron cuando conocimos los fusilamientos.»
-¿Qué piensan hoy del FRAP, de su táctica política de entonces y de ahora?
«Yo ya no pertenezco al FRAP -contesta María Jesús- Poco tiempo después de ser detenida fui separándome de sus planteamientos. »
Concepción, en cambio, continúa como militante: «Sigo estando de acuerdo con las líneas generales del partido -dice-, aunque ha habido cambios, que no conozco bien, en la táctica, separaciones, disensiones, etcétera. No puedo contestar concretamente hasta que no tenga más conocimientos.»
Después de la entrevista comienzan las fotos. Alguien les ha llevado un ramo de claveles rojos. Esta mista tarde saldrán para sus residencias habituales, María Jesús a un pueblo de Castellón y Concha a Ciudad Real.
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