Los modales de la autoridad
El día 6 de julio a las 8.30 de la tarde (a pleno sol) nos encontrábamos las abajo firmantes en las inmediaciones de la plaza del Carmen esperando a una común amiga que trabaja en unos grandes almacenes situados en dicha plaza, y cuál no sería nuestra sorpresa al ver que un agente de la autoridad se dirigía a nosotras (indebidamente uniformado y sin presentarse previamente), preguntándonos: qué hacíamos allí. Al contestarle nosotras que esperábamos la salida de una amiga, nos pidió la documentación, exigiéndonos que le acompañásemos al coche patrulla; todo esto, dando muestras de una singular falta de educación y avergonzándonos ante los numerosos transeúntes.Cuando se informó de nuestras profesiones respectivas (estudiante, auxiliar administrativo y casada y ama de casa) tuvo la desfachatez de decirnos si no sabíamos que la tal plaza era el lugar de reunión y reclamo de prostitutas (él dijo putas), echándonos en cara el que nosotras estuviéramos en dicho lugar
Y nos preguntamos: ¿Quién tiene la culpa de tan desagradable incidente, nosotras o las autoridades que no se ocupan de erradicar la prostitución de las vías públicas?, y pensamos, ¿desde cuándo las calles y plazas de España son privativas de esta clase de «comercio». Y, por otra parte, ¿no sería lógico que estos «agentes de la autoridad» recibieran una mejor educación y preparación para desarrollar en las condiciones debidas su trabajo?
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