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Reportaje:

Va a subir todo lo que se importa

El dólar cotizó ayer en Madrid aun cambio medio de 87.20 pesetas en el mercado de divisas. En Nueva York, el dólar se cambió a 90.90 pesetas, cifra que se considera en algunos medios como probable en el mercado de Madrid en breve plazo.El mercado de divisas, después de la sesión en blanco del lunes, abrió ayer a las nueve y media de la mañana. El Banco de España fijó al comienzo de la sesión unos cambios de 87.30 pesetas por dólar (comprador) y 87.50 (vendedor). A partir de esas posiciones, los agentes del mercado fueron marcando diversas posiciones, fundamentalmente de venta de divisas, que permitieron una ligera mejoría en el cambio inicial de la peseta. Según la nota oficial facilitada por el Banco de España, los cambios marcados en las cuatro horas de sesión fueron los siguientes: 87.25-87.35; 87.20-87.30; 87.15-87.25; 87.12-87.20; 87.10-87.15. Finalmente, el cambio de cierre de la jornada fue 87.07-87.33.

Informaciones recogidas por EL PAIS en medios financieros del mercado de divisas, señalan que éste no se mostró especialmente activo, ya que la mayor parte de sus protagonistas aprovecharon la jornada para mantener consultas con sus socios o matrices en el exterior, o para tantear el cariz de próximas sesiones.

La nota oficial del Banco de España señala que el último cambio registrado en la jornada supone una depreciación real de la peseta, del orden del 19.65 % respecto al dólar.

Las demás monedas que operan en el mercado de Madrid evolucionaron de forma similar al dólar. En las fotografías superiores de¡ cuadro oficial de cotizaciones al cierre que diariamente se expone en el Banco de España, puede observarse el balance final de la primera jornada de la devaluación.

Según las variaciones registradas en el mercado de divisas, se han modificado también los cambios de billetes que semanalmente publica el Banco de España para su aplicación por parte de las oficinas de cambios. Los nuevos cambios suponen que el dólar en billetes al comprador costará 88.70 pesetas, y al vendedor 85.40. La libra se acerca a las 150 pesetas, el franco francés a las dieciocho pesetas, y el marco alemán a las 39.

En resumen, el turismo de los españoles en el exterior se ha encarecido sensiblemente. En los bancos, después de varios días de nula actividad en cambios de divisas, se espera que inmediatamente vuelvan a registrarse operaciones a los nuevos precios. El lunes, en las oficinas de cambios de Barajas se hicieron operaciones cortas (no más de 3.000 pesetas por pasaporte y previa presentación de billete sellado de avión) a los cambios antiguos. Ayer se aplicaron ya los nuevos.

Efectos de la devaluación

La devaluación ha aparecido como la primera medida del programa del Gobierno. Para algunos, esta depreciación del 20 % aparece como brutal y excesiva. Para otros, es razonable, ya que sitúa a la peseta a niveles realistas e impide que sea reabsorbida en próximos meses por efecto de la fuerte inflación que padece la economía española. De cualquier forma, la devaluación requiere de inmediatas medidas referidas al comercio exterior con objeto de que sus efectos sean saludables y eficaces. De las tres hipótesis con que se enfrentaron los responsables de la economía acerca de la devaluación ( 10 %, 15 %, 20 %), se ha optado por la última, la más drástica, por considerarla más realista y menos comprometida a largo plazo.

Al parecer, no se han hecho cálculos precisos, al menos nadie ha precisado sobre su existencia a EL PAIS, acerca de los previsibles efectos de la evaluación y sobre su cuantificación. Según estudios hechos hace algún tiempo permiten estimar que el déficit exterior puede reducirse en 1977 en unos quinientos millónes de dólares, merced a la depreciación. La cuantificación de su efecto sobre el índice de inflación no parece realizable en este momento, por la dificultad en medir sus resultados en cascada sobre los costes de producción de los diversos bienes y servicios.

Dudas sobre el programa energético

Inicialmente, parece evidente que la factura de la energía en cuanto a importaciones, se encarecerá notablemente. Se estima en 85.000 millones de pesetas el pago anual adicional que supondrá la depreciación. Este aumento de costes habrá que repercutirlo de una u otra forma, a no ser que se ponga en marcha un rigurosísimo plan de ahorro energético que permita reducir importaciones. Por ahora, no se ha producido ningún nombramiento de titulares para este sector en Energía ni se ha apuntado ningún tipo de posible medida en este campo. El programa energético de la UCD planteaba disposiciones precisas y un plan concreto de ahorro energético, pero parecen existir serias dudas sobre la aplicación inmediata del mismo.

En otros campos del comercio exterior importador (agrario, bienes de equipo, otras materias primas), parece verosímil que se aborde una política arancelaria y de sustitución de importaciones que permita una reducción razonable de las mismas para contrarrestar el efecto inflacionario de la depreciación. En la Comunidad Económica Europea se ha señalado el temor de previsibles medidas proteccionistas por parte española.

Con respecto a las exportaciones, la devaluación supone una evidente medida de estímulo. Los precios españoles se hacen ahora más atractivos en el exterior y nuestros productos podrán tener más oportunidades en otros mercados. La única duda reside en un aumento de los niveles de proteccionismo de otros países, también con problemas de balanza de pagos.

En cuanto al turismo, la depreciación supone que los turistas podrán comprar más bienes con el mismo dinero en divisas. La cuestión es si los precios interiores animarán esas compras y potenciarán un aumento del gasto de los turistas en España y un incremento también en el número de visitantes.

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