Invitación del Consejo de Europa a parlamentarios españoles

Como estaba previsto, la «miniasamblea» de parlamentarios de los diecinueve Estados miembros del Consejo de Europa adoptó, por unanimidad, una resolución de cuatro puntos, invitando a una delegación de parlamentarios españoles a participar a la asamblea general, del 5 al 13 de octubre próximo, en Estrasburgo.El presidente del Consejo de Europa declaró a EL PAIS que, además de Cortes elegidas por sufragio universal, España debía contar con una Constitución que garantice las libertades democráticas «antes de poder aspirar a convertirse en miembro del Consejo de Europa».

¿Cuáles son los puntos fundamentales que deberían figurar en la nueva Constitución española para que reúna las condiciones que exige el Consejo de Europa? Según el liberal suizo Hoffer, presidente de la comisión de países miembros del Consejo de Europa, que se ocupa, desde hace tiempo, de la evolución política española, «hay que contar con una Constitución que se comprometa a respetar los derechos del hombre, las reglas generales de un Estado de derecho y la responsabilidad del Gobierno ante el Parlamento elegido por sufragio universal».

Sin querer entrar en profecías sobre el posible calendario de adhesión de España al Consejo de Europa, los responsables de la institución insistieron en los aspectos democráticos de la nueva Constitución. Si todo marcha normalmente, España podría ingresar en enero o mayo de 1978.

La resolución aprobada en Amberes, que se deriva de un informe presentado por el diputado conservador británico Paul Channon, tiene cuatro puntos. El primero, comienza recordando anteriores resoluciones del Consejo de Europa, todas ellas en pro de una democratización de la vida política española. El texto íntegro de los tres puntos siguientes dice que la Asamblea: «Se felicita vivamente de la madurez política que testimonió el pueblo español al votar libre y masivamente por partidos democráticos el 15 de junio de 1977.»

«Nota con satisfacción que la gran mayoría de partidos políticos representados en las nuevas Cortes tienen en común el deseo de estrechar lazos con las organizaciones de Europa occidental y realizar una reforma constitucional democrática.»

«Espera que el proceso en curso conducirá rápidamente a una democracia completa, en la que los derechos fundamentales del hombre quedarán garantizados y en carga a su presidente, a título de una primera etapa en la vía de una asociación más estrecha de España a los trabajos de la Asamblea, a que invite el presidente de las nuevas Cortes, una vez constituidas, a enviar una delegación ad hoc de observadores españoles, para participar en los debates de la próxima sesión plenaria, en octubre de 1977.»