El tema nuclear divide al Partido Liberal

Mientras el tema de la energía nuclear ha facilitado la aproximación entre sectores socialdemócratas y democristianos, el mismo problema ha distanciado al jefe del Partido Liberal y ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, de un importante sector de su formación política. En el «pequeño congreso» celebrado en la capital del Sarre, dos terceras partes de los delegados han votado contra la proliferación de centrales atómicas en la República Federal de Alemania y en favor de un compás de espera que podría prolongarse, si se impone, por un período de seis a ocho años. Esto significa que tanto Genscher como el ministro de Economía, Friderichs, también liberal, se ven en la difícil situación de «hacer política» de coalición con los socialdemócratas, concretamente en el sector atómico, pero sin respaldo efectivo de las bases de su partido. Ambos ministros han declarado que, a pesar de la resistencia de los militantes liberales, proseguirá el programa de construcciones atómicas para el uso pacífico de este tipo de energía. Genscher ha tenido que soportar, de entrada, la crítica de la Democracia Cristiana, que ve en el comportamiento de los liberales una rebelión contra su jefe, al que la oposición atribuye excesivo descontrol sobre la base. En cuanto a las posibilidades de que se produzcan cambios en el Gobierno por «incompatibilidades» entre los ministros liberales y el resto del partido, parece que no se producirán por ahora. Sorprendentemente, los líderes de las formaciones políticas mayoritarias en la RFA gozan de un mayor prestigio ante la base no encuadrada en partidos que sus propias fracciones, pero éstas no respaldan en masa a sus dirigentes en puntos tan trascendentes como el del programa atómico.