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Ingresan en prisión dos colaboradores del ex presidente Nixon

Cinco años después de que se iniciara el escándalo Watergate, dos de los más estrechos colaboradores del ex presidente Nixon ingresaron en prisión para cumplir sendas condenas de treinta meses a ocho años, como consecuencia de sus implicaciones en el escándalo. Con el encarcelamiento de Bob Haldeman, el martes, y de John Mitchell, ayer, son ya veinticinco las personas que han acabado en prisión por su complicidad en el caso Watergate.

John Mitchell, de 63 años de edad, pasó a la historia ayer como el primer ministro de Justicia norteamericano que es sentenciado y condenado a una pena di prisión por sus actividades delictivas. El antiguo director de las campañas electorales de Richard Nixon fue nombrado ministro de Justicia por éste en 1969 y dimitió cuatro años después, consecuencia del escándalo Watergate, que costaría la presidencia a su jefe y antiguo asociado en un bufete de abogados. El juez Sirica, investigador del caso Watergate, condenó a Mitchell a una pena mínima de dos años y medio de cárcel y máxima de ocho después de que un jurado le considerara culpable de delitos de conspiración, obstrucción de la justicia, perjurio y declaración falsa.

Recursos desestimados

Aunque Mitchell, al igual que Haldeman y Ehrilichman, otros dos de los principales encartados, recurrió ante el Tribunal Supremo, éste desestimó la apelación.El ex ministro de Justicia, Culpable de intentar ocultar el escándalo Watergate, ingresó ayer en la cárcel de Maxwell, en el estado de Alabama. Mitchell compartirá su dormitorio con otros cuarenta reclusos y, dada su edad, estará exento de los trabajos que realizan los prisioneros en una base aérea cercana. La prisión de Maxwell no tiene muros ni rejas, porque es de confinamiento suavizado.

Bob Haldeman, de cincuenta años de edad, fue jefe del staff de la Casa Blanca con Nixon y uno de los más cercanos consejeros del ex presidente. Dimitió de su cargo en 1973, en pleno apogeo del escándalo Watergate, y un año después era condenado a la misma pena que Mitchell por delitos de perjurio, conspiración y obstrucción a la justicia. El pasado martes ingresó en la cárcel de Lompoc, en California, después de que el Tribunal Supremo hubiese rechazado su apelación a la sentencia.

La prisión de Lompoc es también de régimen penitenciario mitigado. No tiene guardas armados ni muros, y entre los aproximadamente 1.500 reclusos que cumplen condena en ella abundan los hombres de negocios convictos de evasión fiscal.

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Pruebas abrumadoras

El 17 de junio de 1972 cinco hombres fueron sorprendidos por la policía en la sede central de la campaña electoral del Partido Demócrata, en el edificio Watergate, de Washington, donde habían penetrado subrepticiamente para colocar micrófonos. Este fue el primer hilo de la complicada madeja que tardó varios años en desenredarse completamente y que reveló la implicación de las más altas autoridades del poder ejecutivo norteamericano en el intento de espiar al partido de la oposición.En las investigaciones posteriores se descubrieron pruebas por lasque se acusó de conspiración a dieciocho personas, entre ellas el ex presidente Nixon. Sin embargo, éste no fue procesado gracias al indulto que le otorgó en agosto de 1974 su sucesor en la Casa Blanca, Gerald Ford. El mes pasado, Nixon intentó justificar su comportamiento ante el pueblo norteamericano en una serie de entrevistas televisadas, por Ias que cobró cerca de un millón de dólares, y en las que expresó su convicción de que el presidente puede violar la ley cuando están en juego asuntos de interés nacional.

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