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Campaña electoral para el Congreso y el Senado

Programas electorales pobres y simples

Las revistas especializadas en ciencias sociales reflejan sus opiniones, en una encuesta de El PAIS, sobre los programas electorales de los partidos políticos. La casi totalidad de las revistas encuestadas: Argumentos, El Cárabo, Materiales, Sistema, Teoría y Práctica y Zona Abierta, salen a Ía calle a partir de la muerte de Franco, con la intención de, aportar un material teórico para la clarificación y el debate público sobre las cuestiones políticas, sociales y culturales más urgentes de la sociedad española.Los programas electorales, según las respuestas a la encuesta, se presentan.de una forma inmadura, simple, improvisada, con escasa diferencia entre ellos y sin soporte de teoría política.

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Daniel Lacalle, director gerente de Argumentos, se refiere a las características del conjunto de programas. «Destacaría el carácter eminentemente represivo que subyace a toda la opción de Alianza Popular. Está la tardanza de la Unión de Centro en presentar un programa, que demuestre que no es más que una amalgama para intentar ganar las elecciones. Sobre el resto destacaría la inmadurez que muestran, lógica después de los cuarenta años de dictadura. Parcialmente se salvarían de ello los partidos que poseen una base amplia, en particular el PSOE y sobre todo el PCE, que por su actuación y reflexión colectiva ofrecen opciones y alternativas más discutidas y fundadas.»

Joaquín Estefanía, director de El Cárabo, distingue cuatro tipos de programas. «Los de la derecha, que nos prometen las mismas cosas que ahora no cumplen; los de los partidos democráticos, con programas electorales coherentes pero que al preferir ir dada uno por su lado, anteponiendo sus intereses de partidos a la unidad necesaria para cortar el paso a la derecha, son inconsecuentes, los de los partidos que han buscado la unidad por encima de las ideologías e intereses estrechos partidistas, que han presentado los programas más progresistas y posibles. Por último, los programas de algunos partidos más estratégicos que electoralístas, más testimoniales que realistas, que son programas utópicos.»

La delegación en Barcelona de Materiales,señala: «El rasgo más llamativo de los programas electorales es la escasa dimensión, o cuidadoso ocultamiento, de la teorla política, de los principios doctrinales. La propaganda electoral está basada en el lacticismo y en una demagogia manipuladora que se revela, eficaz en su tarea de confundir a amplias capas del electorado. Esto es evidente en los partidos de la derecha económica y política. Tampoco las fuerzas políticas de izquierda han escapado a la tentación de confundir elecciones con precipitada conquisla de la respetabilidad. De ahí que las diferencias entre los programas apenas resulten apreciables.»

Elías Díaz y José Félix Tezanos responden por la revista Sistema. «Los programas dan la impresión de simplismo y de una considerable improvisación. Casi todos los partidos, por lo que dicen, parecen tener los mismos objetivos, con lo que el ciudadano medio poco politizado está sacando una impresión pésima. Esta coincidéncia de objetívos es más aparente que real y obedece, en gran parte, al oportunismo de los partidos políticos herederos del franquismo. El simplismo de algunos programas es una auténtica improvisación.»

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La redacción de Teoría y Práctica contesta: «La impresión más neta o más acusada es que, o bien por razones tácticas, por torpeza, o incapacidad,lo porque probablemente en las circunstancias del país no puede hacerse otra cosa, en estas elecciones no se trata de programas de los distintos partidos. Al elector no se le someten programas -aunque éstos existan- sino imágenes mucho más simples y en ocasiones muy burdas. Para rastrear los programas, el elector tendría que realizar toda una investigación.»

Zona Abierta considera que « los programas electorales son coherentes con la intencionalidad de las candidaturas que los han elaborado». «No se puede analizar la posible existencia de fallas teóricas en,ellos sino desde el punto de vista de la coherencia interna, porque no existe un enfoque homogéneo de las diversas candidaturas sobre lo que significan las elecciones. Mientras unos programas son de gobierno, otros son puramente testimoniales y de lucha, existiendo variantes mixtas. Lo que sí es detectable como error teórico en muchos de ellos es la falta de correspondencia entre las propuestas tácticas y las propuestas estratégicas de transformación social, de forma especialmente llamativa en el terreno económico.»

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