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Miami: los homosexuales serán discriminados, según un referéndum

Por un margen superior a dos a uno, los ciudadanos de Miami, en el estado de Florida, rechazaron, en referéndum celebrado el martes, una ordenanza municipal que prohibía la discriminación en trabajos y vivienda contra los homosexuales. La consulta electoral fue seguida con gran interés en todo el país, ya que era la primera vez que un sector de los ciudadanos norteamericanos se definía en las urnas sobre los homosexuales y su derecho a no ser discriminados. Se calcula que en Estados Unidos existen veinte millones de homosexuales, es decir, casi un 10% de la población total.

La cantante Anita Bryant, 37 años, líder del movimiento antihomosexual, que desarrolló una activa campaña al frente de la organización Salvad a Nuestros Hijos, declaró al conocer los resultados del referéndum que «las leyes de Dios y los valores culturales del hombre han sido reivindicados». Por su parte, uno de los dirigentes del derrotado movimiento gay definió la votación como la «victoria de la ignorancia y la inmoralidad».La batalla sobre la homosexualidad comenzó en Miami en el pasado mes de enero, cuando la comisión municipal del condado de Dade, en el que está la ciudad, aprobó una ordenanza anti-discriminación, según la cual no puede negarse un puesto de trabajo o una vivienda a una persona a causa de sus «afinidades o preferencias sexuales». La reacción no se hizo esperar y en los meses siguientes grupos de activistas anti-homosexuales recogieron más de 60.000 firmas para obligar a la celebración de un referéndum que ratificara o no la ordenanza metropolitana.

Durante las semanas previas al referéndum, ambos bandos desarrollaron una intensa campaña electoral. Los homosexuales de todo el país, así como los simpatizantes de su causa, remitieron fondos para sufragar los gastos electorales de los muy activos miembros de la comunidad gay de Miami. Por su parte, una coalición formada por católicos, baptistas, judíos y, en líneas generales, personas políticamente conservadoras, plantearon la batalla a los homosexuales en nombre de la religión y la moral. Anuncios en la prensa y la televisión, mítines y manifestaciones, jalonaron los últimos días de esta singular campaña electoral, que fue seguida atentamente en toda la nación.

Contra lo que se esperaba, hubo una gran afluencia de votantes, superior al 40%, y los resultados fueron suficientemente explícitos: un 69,3% en contra de la ordenanza que prohibía la discriminación y un 30,6% a favor. «El pueblo del condado de Dade ha dicho basta, basta, basta», afirmó Anita Bryant, que es popular en todo el país como anunciante en la televisión de las naranjas de Florida, y que fue Miss Oklahoma en los años 50.

La señora Bryant, casada y madre de tres hijos, hizo su campaña en tono religioso, con frecuentes referencias a la Biblia y en especial a un versículo del Levítico en el que se condena la homosexualidad, y afirmó en varias ocasiones que no tenía nada contra los gays, sino contra su pecado, y que quería proteger a sus hijos de la corrupción que podía suponer que tuvieran un profesor homosexual.

Para los gays de Miami, dirigidos por John Campbell, un millonario de 44 años, la supresión de la ordenanza municipal significa un atentado a los derechos civiles y durante la campaña avisaron a la población: «Si los de rechos de un grupo social son eliminados, los de usted pueden ser los próximos.» Campbell niega que los homosexuales corrompan a los niños, y cita estadísticas en las que se demuestra que la mayoría de los ataques sexuales a menores son heterosexuales.

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