Pérez de Bricio anuncia el fin de la crisis siderúgica

El ministro de Industria, Carlos Pérez de Bricio, defendió ayer la expansión siderúrgica, revisando los objetivos del Plan de 1974, en un almuerzo celebrado con motivo de la junta general de Unesid, a mediodía, de ayer.El señor Pérez de Bricio, al que acompañaba el titular de Hacienda, Eduardo Carriles, destacó el establecimiento del sistema de precios CECA para los productos siderúrgicos como una de las concesiones más importantes al sector en los últimos meses, anunciando. su inmediata extensión a los restantes productos, además de la hojalata, primero al que le ha sido aplicado. Igualmente, aludió a la formación del Consejo Español del Acero y a la necesidad ineludible de mantener la unidad entre las distintas empresas siderúrgicas españolas, sobre todo en el sentido de superar pasadas rivalidades entre los sectores público y privado.

También aprovechó el ministro de Industria la presencia de su colega de Hacienda -según dijo- para solicitar mayor agilidad en la tramitación de los créditos del Banco de Crédito Industrial a las empresas del sector y, posteriormente, que sean arbitradas las oportunas medidas para lograr hacer efectiva la desgravación fiscal a la exportación.

Al referirse al Plan Siderúrgico de 1974, el titular de Industria destacó su clara vocación europeísta, ya que su máxima pretensión era equiparar el sector español a los de los países del Mercado Común. Cara al futuro, el señor Pérez de Bricio estimuló a los empresarios a invertir, ya que, a pesar de las difíciles circunstancias por las que atravesaba la siderurgia en todo el mundo, era de prever la inmediata conclusión del ciclo depresivo, pues la experiencia demostraba que nunca rebasaban en su duración los tres años. Por todo ello -concluyó-, puede sorprendernos en un corto espacio de tiempo una situación de exceso de demanda en el sector.

El presidente de Unesid, Miguel Salís, destacó en su intervención el escaso nivel de utilización de la capacidad productiva de la industria siderúrgica -75%-, que se hubiera visto agravado este año sin el concurso del notable esfuerzo exportador. Aludió también a las dificultades e incertidumbres que se plantean a los empresarios ante posibles nuevas inversiones, de una parte por la actitud neoproteccionista de los países europeos y también por la situación interna de la economía española, cuyos niveles de crecimiento están muy por debajo de los de la OCDE.