España negociará con la CEE en dos fases

Pese a la categórica negativa del Gobierno español a dar por buena la tesis negociadora ofrecida por la Comunidad Económica Europea (CEE) a España para adaptar a los nueve el acuerdo hispano-comunitario de 1970 en dos etapas, la representación española en Bruselas no ha tenido más remedio que admitirla, lo que comporta la revisión, a partir del primero del próximo mes de julio, de las medidas arancelarias y contingentarias en vigor. La parte española, sin embargo, ha conseguido que la aplicación de esta primera etapa tenga carácter automático y provisional.La solución acordada supone que, a partir del próximo primero de julio, España aplicará a Irlanda, Dinamarca y Gran Bretaña las concesiones tarifarias acordadas para los miembros fundadores de la CEE en 1970. Por su parte, aquellos países harán lo propio con España. No se obtiene ninguna concesión agrícola, caballo de batalla esgrimido estos meses de atrás por las autoridades de Madrid para poder llegar al acuerdo que ahora se ha llegado.

El mes pasado, el Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de su subdirector general de Relaciones con los Organismos Europeos, señaló en una rueda de prensa la validez del ofrecimiento comunitario, apreciación esta que fue categóricamente rechazada en posterior Consejo de Ministros.

A la vista del resultado de las negociaciones hispano-comunitarias, cabe deducir que ha prevalecido la tesis de Santa Cruz, aunque con ciertos matices diferenciadores.

La postura mantenida por el representante español ante la CEE, Raimundo Bassols, se ha basado principalmente en que España solicitará, una vez culminado el proceso electoral que vive el país, el ingreso en la Comunidad como miembro de pleno derecho, por lo que negociar previamente algún tipo de acuerdo supondría coartar la maniobrabilidad del Gobierno que surja de los inminentes comicios.

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