Y otra
¿Quiere usted saber cómo es un asesino? Salga a la calle a primera hora de la madrugada y sitúese cerca, pero no demasiado, de algún grupo de demócratas que esté comenzando a colocar carteles electorales. Al poco tiempo observará coches que pasan velozmente, que se detienen a algunas decenas de metros. El ruido de los portazos en el silencio de la noche le impresionará. Verá grupos quietos en algunas esquinas. Si tiene suerte les verá avanzar con paso lento, con objetos contundentes y probablemente con algún arma de fuego. El espectáculo a partir de aquí puede acabar de cualquier forma, incluso, aunque sería un caso rarísimo, con la aparición de la policía. Pero usted habrá cumplido su objetivo: habrá visto en vivo a un grupo de asesinos fascistas.Una joven estudiante, militante del PCE, ha sido tiroteada en Argüelles. Desde las doce de la noche, por esa zona, cinco grupos de militantes de diversos partidos estaban comenzando su campaña electoral colocando carteles. Al poco tiempo, otra fuerza política comenzaba la suya: barras metálicas, cadenas y pistolas. Los diversos grupos democráticos continuaban pegando carteles, mientras vigilaban el paso de coches que ya no eran sospechosos: era evidente que se trataba de fascistas buscando una presa asequible. La colocación de carteles continuaba; cada grupo era consciente de la presencia de los militantes de los demás partidos demócratas en las proximidades y del apoyo que esto suponía. Se palpaba la solidaridad antifascista.
Algunas horas después, el aumento de militantes demócratas y la desaparición de los asesinos nos hizo creer que la distensión había llegado. Grave error: cuando los pertenecientes a otros grupos políticos nos habíamos marchado de allí, hablaron las pistolas. La joven militante del PCE fue alcanzada, culpable del delito de haber seguido por esa zona, dos esquinas más allá de donde media hora antes habíamos visto a su grupo pegar carteles. Las alimañas, las hienas, estaban esperando que ninguna presa se separase del grupo para atacarla.
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