El ex presidente Echeverría, alejado del escenario político
El ex presidente mexicano Luis Echeverría Alvarez fue designado, el pasado lunes, por disposición del presidente actual, José López Portillo, embajador extraordinario y plenipotenciario de México, en misión especial, para realizar estudios analíticos en instituciones que se relacionen con países en proceso de desarrollo. Esta misma tarde el inquieto ex mandatario de México emprendía su primer viaje en misión a Inglaterra, Francia, Yugoslavia y China.Según el texto del comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que dio a conocer el nombramiento del nuevo embajador itinerante, Echeverría efectuará también misiones «para todos aquellos asuntos de especial interés que el señor presidente o esta Cancillería estimen necesario encomendar».
Aunque sonriente y en buena forma física, el ex presidente Echeverría, al responder a las preguntas de los periodistas, no podía ocultar un tono de irónica amargura. Porque, en efecto, como se estima en medios diplomáticos de esta capital, el precipitado nombramiento del ex presidente para una misión tan vasta como ambigua, equivale a un impuesto desplazamiento del terreno político mexicano.
En los últimos días se había rumoreado que López Portillo había ofrecido a Echeverría la embajada de París, vacante desde que Carlos Puentes renunció al puesto como protesta por el nombramiento como embajador en España del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz. Fuentes próximas a Echeverría confirmaron a este periódico el fundamento de tales rumores, añadiendo, sin embargo, que Echeverría no deseaba dicha embajada.
