Simon Peres descarta un Estado palestino independiente

El ministro de Defensa israelí, Simon Peres, rechazó ayer toda posibilidad de establecimiento de un Estado palestino independiente contiguo a Israel y dijo que Jerusalén insistirá en que se fijen «fronteras defendibles» como parte de cualquier acuerdo de paz en Oriente Próximo.

Peres, que es el candidato a primer ministro que el laborismo presenta a las elecciones legislativas del próximo día 17, hizo estas dec araciones a Radio Israel, que emitió sólo una parte, por considerar que el resto «sonaba a campaña electoral». Las declaraciones de Peres que subrayó que «Israel jamás retirará sus fronteras hasta donde estaban en 1967, ni permitirá a nadie que toque Jerusalén», se producen dos días después de que el presidente Carter insinuara la posibilidad de un acuerdo de reconocimiento mutuo entre los palestinos e Israel. Peres añadió que «no estamos dispuestos a aceptar garantías exteriores en sustitución de nuestra capacidad de defendernos».Tres millones de judíos y medio millón de árabes, musulmanes-,en su mayoría, irán a las urnas el próximo martes, 17 de mayo, para elegir entre las veintidós listas que luchan por los 120 escaños del Parlamento (Khesset),Entre estas listas existen tres corrientes definidas, aunque no necesariamente opuestas, en lo que respecta a los problemas cruciales del país.

El bloque Maaraj, dominado por el laborismo, que ideológicamente se identifica con la socialdemocracia de tipo europeo, comulga con el devolucícinismo «prudente» en todos los frentes: en la meseta del Golán (mil kilómetros cuadrados), en Judea y Samaria y en Sinaí.

No, a la OLP

Asímismo, este bloque oficialista desconoce a la OLP y sólo se mostraría dispuesto a negociar con Jordania la devolución de Judea y Samaria, con una superficie no mayor de 6.000 kilómetros cuadrados y una población árabe de cerca de 750.000 personas.El Maaraj, principal adversario del bloque opositor Likud (derecha) coincide con éste, que no devolvería ni Judea ni Samaria, en que por su seguridad futura Israel no podrá aceptar la creación de un Estado palestino independiente.Según los dirigentes laboristas, los territorios a devolver, y su población, serían integrados al reino de Jordania, «que es Palestina», algo en lo cual palesti nos nacionalistas e israelíes están de acuerdo. Pero no el monarca hachemita, que en rigor también se opone a un Estado palestino independiente.

En caso de triunfar el Maaraj en las elecciones parlamentarias, uno de sus más probables socios para el .Gobierno de coalición sería el nuevo Movimiento Democrático para el Cambio, al cual se le pronostican entre quince y veinte escaños. Sin embargo, el MDC, que representa a la pujante clase media israelí, crecida bajo la mano del laborismo y ahora a nsiosa de poder, comparte las ideas de la oposición de centro-derecha en materia de economía. Unos y otros prometen el oro y el moro a los 300.000 pobres del país, pero quieren la libre empresa, y frenar la inflación creando desocupados, según les acusan el laborismo y la izquierda.

Entre los devolucionistas «absolutos», que apoyan negociar con la OLP y la creación de un Estado palestino en Judea, Samaria y Gaza (un total de 7.000 kilómetros cuadrados), y un millón de pobladores árabes, se cuentan el Partido Comunista Israelí, Rajak, que sigue la política de la URSS, y el alineamiento de sionistas socialistas y liberales progresistas, Sheli. Entre ambos podrían obtener en la novena Knesset cerca de quince escaños, y ser de inapreciable valor su voto para cualquier Gobierno decidido a devolver territorios, a pesar de la oposición del nacionalismo derechista, que de seguro contará con la alianza de los quince escaños religiosos.

Rakaj y Sheli, éste precedió al PC israelí en sus contactos con emisarios de la OLP, consideran que devolver los territorios, y no retenerlos, constituye la única garantía de paz y seguridad para Israel en el Oriente Próximo.

En asuntos internos también coinciden al exigir drásticas medidas impositivas y fiscales contra las clases acomodadas de la burguesía urbana y rural.