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Estrepitosa derrota laborista en las elecciones municipales de Inglaterra y Gales

Juan Cruz

Los laboristas británicos también han perdido el control de la mayor parte de los ayuntamientos en las elecciones locales, cuyo resultado se conoció ayer en Inglaterra y Gales. El miércoles los laboristas hablan sido derrotados estrepitosamente por los nacionalistas de Escocia en las elecciones celebradas en esa región. En Inglaterra la victoria ha sido para el Partido Conservador, que ha ganado incluso el control de «la perla» de los gobiernos locales ingleses, el Ayuntamiento del Gran Londres.

La líder tory Margaret Thatcher ha dicho que este resultado es una advertencia popular a la Administración de Callaghan, que debe dimitir cuanto antes. Los conservadores ganaron el control de dieciséis de los dieciocho ayuntamientos que hasta ahora controlaba el laborismo. En total, en los veintiséis ayuntamientos cuyos resultados se han dado a conocer, tanto en Inglaterra como en Gales, los tories han obtenido más de mil escaños y han perdido tan sólo dos de los que ya tenían. Por su parte, los laboristas perdieron más de ochocientos. En la desgracia, el laborismo ha estado acompañado por el Partido Liberal, de David Steel. En Londres, donde los liberales dominaban doce escaños -casi los mismos que ahora tienen en el Parlamento-, se quedaron sin ninguno.Como viene ocurriendo en el último bienio en Inglaterra, el Frente Nacional, de signo neofascista, consiguió una victoria relativa, especialmente en Londres, en algunos de cuyos distritos obtuvo más votos que los liberales. En total, en el Gran Londres, el National Front ganó más de 120.000 votos, lo que supone una nueva preocupación para los que en la capital británica luchan contra el racismo y las campañas contrarias a los emigrantes.

Las elecciones locales también se han celebrado esta vez en el País de Gales, donde el Partido Nacionalista, Plaid Cymru, ganó trece escaños y no perdió ninguno. Como ocurrió en la mayor parte de los distritos ingleses, esta victoria se ha logrado a cuenta de los laboristas.

Además de Londres, los conseradores han conseguido el control de Manchester, la región de la que es capital Liverpool, el oeste de Yorkshire, Leicester, Derby, y así hasta dieciséis gobiernos locales. En uno de los dos que retuvo el laborismo, el de la zona de New castle, el partido de Callaghan también perdió veinte de los escaños que dominaba. Precisamente ayer estuvo en esa área el primer ministro, acompañando a Jimmy Carter. La nueva derrota laborista «es un reflejo de la falta de popularidad del Gobiemo», ha dicho el secretario general laborista, Ron Hayward. «Esperemos que nuestros simpatizantes vuelvan a nosotros en cuanto la Administración demuestre que sus medidas económicas son las adecuadas», dijo también.

Los primeros efectos políticos de esta victoria conservadora ya se empiezan a notar. El Gobierno está dispuesto a retirar del Parlamento su proyecto de ley para racionar el uso de los carburantes, al que se oponen los tories y sus aliados actuales, los liberales. Un fracaso de ese proyecto de ley en el Parlamento significaría un voto de censura que, de perderlo el Gobierno, conduciría a unas elecciones generales. En estas circunstancias, una consulta de esa clase seguiría el rumbo marcado ahora por los resultados alarmantes de las elecciones locales.

Otra consecuencia grave que puede tener para el laborismo la derrota global de ayer seria el cambio que los conservadores pueden imponer ahora en las administraciones locales. La mayoría de los ayuntamientos tienen, entre otras prerrogativas, las de decidir su política en el área de la educación. Los laboristas han impuesto hasta ahora un cambio total en el sistema, al eliminar progresivamente las escuelas privadas. En algunos de los ayuntamientos que hasta ahora controlaban los conservadores, esa medida ha sido desestimada y las escuelas privadas (las «grammar schools») han subsistido, con sus características de exclusividad y selección. La victoria conservadora de ayer garantiza el camino en la revisión de las intenciones educativas de los laboristas. A nivel más general, es obvio que esta nueva reacción de la opinión pública coloca al partido que domina el país en la situación más grave de su historia, con Escocia, Inglaterra y Gales decididamente en favor de partidos de la oposición.

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