Posible retirada de Estados Unidos de la OIT

A veinticinco días del inicio de la conferencia anual internacional del trabajo, la mayor central sindical norteamericana, AEL-CIO ejerce fuerte presión sobre el presidente Carter para que ante el más mínimo «rasgo de política» en la próxima conferencia, Estados Unidos se retire de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).El anuncio de la posible retirada de Estados Unidos gravita en forma de amenaza desde 1975, cuando Kissinger, cediendo a las presiones de la AEL-CIO, formalizó ante la OIT una carta de advertencia en la cual pedía la «despolitización» del organismo, o de lo contrario Estados Unidos se retiraría dos años después (de acuerdo al reglamento que exige ese plazo como aviso previo). El plazo se cumple en octubre de 1977.

Francis Blanchard, director general de la OIT, dejó Ginebra hace algunos días, para sostener conversaciones en Washington con autoridades del Gobierno, sindicales y de empleadores. Llevó como argumento o garantía de la solicitada «despolitización», el hecho de que en junio del pasado año, la Conferencia Mundial sobre el Empleo acordó un reglamento que obstaculiza posibles futuras resoluciones que afecten a los países miembros de la OIT, como ocurrió con Israel en 1974, en relación con el problema palestino. Sin embargo, este reglamento debe ser ratificado por la próxima conferencia anual.

El punto neurálgico está situado especialmente en el cono sur de Suramérica (Argentina, Uruguay y Chile), cuyos Gobiernos han acabado con todas las organizaciones sindicales y encarcelado a sus dirigentes.