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La protesta obrera en Iberia podría afectar a sus vuelos

Ayer se produjeron asambleas, paros y cumplimiento estricto de los reglamentos de trabajo, por parte del personal de tierra de la compañía Iberia, en las zonas industriales de Barajas y en el centro de Velázquez, como protesta por la inflexibilidad de la empresa en la negociación del convenio. Los paros y el celo puesto en el trabajo por parte del personal provocaron ya ayer retrasos en algunos aviones y hoy -siempre según fuentes laborales- podrían provocar la suspensión de algunos vuelos.

Hace ocho días, según la comisión deliberadora, en la que están presentes Comisiones Obreras, Movimiento Obrero Autogestionario e independientes, y que fue ratificada por distintas asambleas de trabajadores, se iniciaron oficiosamente las negociaciones del convenio del personal de tierra de Iberia, que afecta a unos 16.000 trabajadores. La comisión, que expuso su deseo de pactar un convenio democrático y representativo, lejos del vertical, solicitó, entre otras mejoras, un aumento lineal de 10.000 pesetas, revisión semestral de acuerdo con el coste de vida, compensación por turnos, nocturnidad y participación paritaria en la gestión de la empresa. Las mejoras, en el plano económico, suponían unos 13.000 millones de pesetas. El lunes, al comenzar las conversaciones oficiales, la empresa ofreció mejoras por un coste aproximado a los 3.000 millones de pesetas, y la aceptación genérica de otras reivindicaciones a cambio de un pacto social. Los gastos en horas « extraordinarias », que los trabajadores aseguran poder reducir a la mitad, ascienden en Iberia a 1.557 millones de pesetas.Los trabajadores, en las deliberaciones del jueves, rebajaron sus pretensiones a los 6.500 millones de pesetas, y ésta respondió -según los trabajadores- que podría negociar una diferencia de cuarenta o cincuenta millones, pero nunca la diferencia abismal planteada. Tras esta respuesta, ayer, en distintas asambleas informativas («no autorizadas», según nota de la empresa) se tomaron las citadas actitudes de protesta, produciéndose encierros en los hangares de Barajas y La Muñoza, paros en el centro de Velázquez y anomalías en distintos servicios a los vuelos.

Las anomalías laborales en Madrid -en delegaciones de provincias se estaban celebrando asambleas, pero no se tenía noticias de paros- afectaron a unos 10.000 empleados. Hacia las seis de la tarde, fuerzas de la Guardia Civil desalojaron con botes de humo los hangares de La Muñoza, en cuyas proximidades -según los trabajadores- había aviones cargados de combustible. Los hangares de Barajas fueron desalojados pacíficamente ante el requerimiento, de la Guardia Civil.

Estas anormalidades laborales pueden interrumpir hoy los vuelos, ya que los aviones no pueden continuar en servicio sin revisión, por una parte, y el proceso de datos, ordenadores y distribución de carga está también afectado. También hay irregularidades en el despacho de billetes y tarjetas de embarque, según las citadas fuentes.

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