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Reportaje:

En España hay 350.000 deficientes mentales; muchos pudieron ser normales

¿Qué va a ser de nuestro hijo? ¿Por qué nosotros? Ni la sociedad ni la medicina han contestado todavía, de forma clara, estas preguntas que angustian a los padres cuyo hijo es subnormal, y les impide enfocar el problema con serenidad.En la actualidad, las causas de deficiencia mental son ignoradas en su mayoría. Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud cifra el número de casos por motivos desconocidos entre el 50 y el 90% de la totalidad.

No es extraño, pues, dada esta ambigüedad, que existan opiniones dispares. Mientras unos achacan la etiologid de la deficiencia mental a la herencia genética, otros ven la causa fundamental en factores sociológicos, teoría ésta que va imponiéndose, principalmente en Estados Unidos, Un informe publicado en este país por el Comité Presidencial para el Retraso Mental revela que el 75 por 100 de los casos de deficiencia mental se debe a factores socioeconómicos.

En realidad uno y otro factor, ambiental y genético, están relacionados. El desarrollo de enfermedades infecciosas causa de deficiencia mental, como la rubeola, meningitis o sarampión, así como lesiones cerebrales provocadas al nacer y que pudieron evitarse, son facilitadas por insuficientes recursos para la prevención y cuidados médicos, la excesiva densidad de población y el bajo nivel sanitario.

La subalimentación y la mala nutrición en mujeres embarazadas y en los niños es otra de las causas. Al respecto, la OMS es tajante. «La subalimentación y la mala nutrición contribuyen mucho más que todas las otras causas juntas, y enun mayor porcentaje de casos, al retraso intelectual de los niños y a una función deficitaria en los adultos.»

De hecho, los últimos descubrimientos en el campo de la medicina preventiva han conseguido reducir los casos de etiología genética.

Hoy se pueden detectar, mediante análisis del líquido amniótico en mujeres embarazadas, insuficiencias metabólicas que una vez corregidas disminuyen el riesgo de nacimientos subnormales. Igualmente, el método para inmunizar a las madres con RH negativo ha significado un gran adelanto para prevenir la deficiencia mental.

No obstante, todo está por hacer. De nada sirven los descubrimientos médicos, si éstos no están al alcance de todos. Una información exhaustiva, una mayor vigilancia pre y posparto, principalmente en las mujeres mayores de 35 años, y la preparación de profesionales especializados son la mejor forma de reducir el índice de. subnormalidad.

Razones de un abandono,

La escasez de centros especializados es uno de los principales problernas que, en nuestro país, tienen los subnormales y sus familias. Según un informe de la FEAPS (Federación Española de Asociaciones Protectoras de Subnormales) y teniendo en cuenta que no todos los deficientes precisan atención especializada, solamente el 25% tienen plaza en dichos centros.

Al problema de la escasez de centros se une la poca profesionalización y especialización de los mismos. La mayoría de estos centros no cuentan tan siquiera con un siquiatra, sicólogo ni pediatra, y la densidad media de subnormales por maestro es de diecisiete, cuando la máxima aceptable, no la ideal, es de diez o doce.

Un dato muy significativo es que las personas dedicadas a la administración superan en número al personal especializado. Por lo visto, la burocracia es más necesaria que la ciencia.

La falta de iniciativa estatal y su mala planificación es una de las causas de esta falta de atención al subnormal.

La Seguridad,Social reparte entre los beneficiarios de la misma a cuyo cargo esté un subnormal, la cantidad de 2.100 millones de pesetas. Una simple división nos dice que a cada uno de ellos le corresponden 1.500 pesetas mensuales, cantidad a todas luces insuficiente.

Un volumen tal de dinero invertido en escuelas especializadas, rehabilitación, formación de personal especializado y prevención sería mucho más rentable y beneficioso.

De esta forma, la iniciativa privada es la que ha de cubrir, prácticamente, todas las necesidades.

A excepción de los maestros, cuyas plazas dedicadas a educación especial están pagadas por la Administración, la contratación del resto de los profesionales corre a cargo de los centros, lo cual repercute directamente en el precio de la plaza, de por sí bastante elevado.

Esta situación incide directamente sobre los económicamente más débiles, pues sólo el 8% de las plazas para subnormales son gratuitas, sin que se hayan cumplido las expectativas de gratuidad para la enseñanza especial que contempla la ley General de Educación.

Esta desproporción se acentúa aún más si nos fijamos en la atención prestada a cada una de las provincias españolas.

En las diez provincias españolas de más alto nivel de renta per cápita existe una plaza de dotacion oficial por 2.513 habitantes, mientras que en las diez cuyo nivel de renta es.má& bajo esa misma plaza han de repartírsela 8.779 habitantes. Justo al contrario de como debería ser.

Hacia una normalización

No e s extraño, pues, que el destino final, de aquellos deficientes, especialmente los profundos, que carecen de padres o que su familia se desentiende de ellos, sea la sala de un hospital siquiátrico.

Tara evitar esto, sólo hay un camino. La integración en la sociedad, tal como lo están realizando en otros países, principalmente los escandinavos.

En estos, países, amén de la ayuda estatal, se están creando dentro de las escuelas ordinarias aulas especiales para educación de los deficientes. Tras el período escolar, una adecuada programación de los trabajos existentes que puedan ser desarrollados por los subnormales facilita la normalización de éstos.

En 1970, en Malmö (Suecia) un grupo de deficientes mentales adultos se reunió para estudiar sus necesidades. Entre otras expusieron las siguientes:

- Posibilidades para practicar deportes y reunirse con jóvenes de su edad.

- Relacionarse con persona del otro sexo y casarse cuando estén preparados para ello.

- Trabajos más interesantes no ser utilizados en los mismo donde tienen que realizar las tareas más arduas y aburridas.

Han pasado siete años, y a pesar de la Declaración de Derechos de los Retrasados Mentales realizada porla Asamblea General de las Naciones Unidas, necesidades y derechos de los deficientes mentales están siendo sistemáticamente ignorados por la sociedad. Para sus problemas, la sociedad sólo tiene buenas palabras y paternalismo, cuando lo subnormales necesitan algo más que un día al año y una compasiva caridad de ropero.

Lo que ellos precisan es una mayor asistencia científica económica y humana.

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