Pocas posibilidades españolas de abandonar la dependencia nuclear norteamericana
La preocupación existente desde hace ya varios meses entre los fabricantes norteamericanos de tecnología nuclear, con importantes contratos en España, llegó a su cénit ayer, cuando el diario The Washington Post informó en su primera página que el Gobierno español había decidido suspender la construcción de ocho centrales nucleares y que podría cancelar o congelar indefinidamente pedidos a empresas estadounidenses por valor de más de mil millones de dólares (casi.70.000 millones de pesetas). Sin embargo, el Departamento de Estado anunció ayer que no tenía noticias de esta decisión espanola.«Durante los pasados años hemos mantenido una relación con España en el campo nuclear mutuamente beneficiosa», dijo el portavoz del Departamento de Estado, que añadió que durante las. pasadas semanas se habían realizado consultas entre ambos Gobiernos respecto a la política de exportaciones de material nuclear y de no proliferación, «Creemos que ambos países mantienen una preocupación común respecto al objetivo de Ia no proliferación atómica y confiamos en que continuará nuestra cooperación con el programa. atómico español», dijo el portavoz.
La confusa política seguida por Estados Unidos respecto a las ventas y el control de tecnología atómica a países extranjeros ha venido provocando en los últimos meses un gran malestar en los medios industriales españoles ante los graves problemas creados por el suministro de combustible atómico.
El hecho de que España no haya firmado el tratado de no proliferación nuclear, unido a que la tecnología española se considera lo suficientemente desarrollada como para construir una bomba atómica partir del plutonio obtenido en los residuos de las plantas nucleares, motivó una gran cautela por parte de la nueva Administración norteamericana, que ha hecho de la no proliferación nuclear una de sus principales metas.
Estas pretensiones, unidas a las constantes dificultades para la concesión de licencias de exportación de material nuclear provocaron la advertencia por parte española de que, de continuar así las cosas podría producirse una reconsideración total del ambicioso programa atómico español, según el cual debe haber diecisiete centrales atómicas en funcionamiento para 1985..
Dos empresas norteamericanas, General Electric y Westinghouse, son las encargadas de la construcción de casi la totalidad de estas centrales y, por tanto, las mayores afectadas por la decisión española, que podría costarles muchos miles de millones de dólares (cada central viene a costar 2.000 millones, es decir, casi 140.000 millones de pesetas) y decenas de millares de puestos de trabajo.
Para el Washington Post, la decisión española de suspender la construcción, de ocho plantas atómicas supone una grave amenaza económica para las dos corporaciones citadas. Pero el mismo diario reconoce en su información que la Comisión Reguladora de Energía Nuclear Norteamericana no ha concedido todavía permiso de exportación para ninguno de los componentes esenciales de las ocho plantas en construcción.
Por ejemplo, y según fuentes americanas, la General Electric lleva esperando más de dos años la licencia de exportación para los componentes básicos de una central de 972 megavatios destinada a la central español la de Valdecaballeros.
Los fabricantes norteamericanos de tecnología atómica ver con preocupación la constante pérdida de su mercado, en beneficio de otros países, como Francia o la República Federal de Alemania. En la actualidad, España es prácticamente su mejor cliente y podrían perderlo como consecuencia de la política, nuclear del Gobierno Carter. Por ello tanto General Electric como Westinghouse incrementaron su presión durante los últimos meses para conseguir un sistema menos rígido de control respecto a las exportaciones a España.
Las empresas españolas se replantean el tema
Fuentes españolas han declarado a EL PAÍS que las empresas eléctricas están replanteándose seriamente la dependencia tecnológica norteamericana en materia nuclear en favor de otros países europeos que se muestran interesados en entrar a formar parte del importante plan nuclear español.Aunque en un comienzo la posibilidad de tal replanteamiento no deja de ser una, cuestión económica a resolver por las empresas eléctricas españolas, el trasfondo de un giro en materia de suministros nucleares por parte de España es claramente político y tendría claras consecuencias para la política exterior española.
La negativa del Gobierno Carter a reprocesar el uranio utilizado por las centrales nucleares españolas motivada en razones de orden estratégico, político y bélico, deja pocas oportunidades a nuestro país de variar su política nuclear, ya que, en opinión de técnicos solventes consultados por EL PAIS, las garantías y posibilidades que ofrece Estados Unidos son difíciles de igualar por Francia o Alemania a quienes apuntan los rumores como posibles suministradores españoles.
La postura de Carter es clara: no al reprocesamiento del uranio utilizado y corte del suministro de enriquecido en el caso de que el país suministrado. decida reprocesar este uranio en otros países. Esta disyuntiva ofrecida por Carter coloca a nuestro país y a otros situados en la órbita norteamericana en el brete de aceptar la propuesta norteamericana o dirigirse hacia otros posibles suministradores, siempre contando con la dependencia, hoy por hoy, del suministro de uranio enriquecido norteamericano que puede cortarse en cualquier momento de adoptar una postura no favorable a los intereses estadounidenses.
Las posibilidades que se ofrecen a la industria eléctrica española son mínimas. Recurrir al suministro de tecnología francesa, con lo que se tendría que variar la estructura de todo nuestro plan nuclear, no parece demasiado acertado según los técnicos consultados por EL PAÍS, ya que esta tecnología, a pesar de utilizar uranio natural para sus reactores, es considerada como desfasada sí se compara con la norteamericana en cuanto a reactores lentos se refiere. El caso más palpable es qué Vandellos es el único caso de exportación francesa a España en este sector. Puede señalarse Igualmente que, en algún caso, Electricité de France se ha decidido por la tecnología nuclear norteamericana en detrimento de la de su propio país.
Por lo que respecta a Alemania, la tecnología nuclear no abarca todos los campos necesarios que requiere el importantísimo plan nuclear español.
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