Pocos cambios, pero significativos, en el nuevo Gobierno francés

La caída del triunvirato político que formaba parte del primer Gobierno Barre caracterizó la solución de la «crisis» francesa, concluida ayer con el nombramiento de los quince ministros que integran el nuevo Gabinete. El ministro del Interior, Michel Poniatowski; el de Justicia, Olivier Guichard, y el de Planificación y Desarrollo Regional, Jean Lecanuet, fueron sustituidos. La única entrada espectacular fue la de Alain Peyrefitte como nuevo ministro, de Justicia. Siete ministros continúan en sus puestos y tres permanecen en el Gobierno, pero como titulares de carteras diferentes.

El que fue ministro de Industria, Michel d'Ornano, a pesar de su derrota en las municipales, sigue en el Gobierno, ahora como titular de Cultura y de Medio Ambiente.Lo qué constituía la célula de reflexión política del Gobierno, integrada por los tres ministros de Estado, fue dada de baja a la vista de su perniciosa labor durante la llamada «batalla de París». El nuevo Gobierno, según declaración del primer ministro Raymond Barre, que continúa siendo también ministro de Economía, ha sido elegido en función de las capacidades individuales. El pretendido apoliticismo del segundo Gabinete Barre consiste en que ninguno de sus miembros ocupa puestos de primer plano en las formaciones que apoyan al presidente de la República. El primer ministro añadió ayer, después de ultimar los detalles del Gabinete con Giscard d'Estaing, que la misión del nuevo Gobierno será la de «elaborar un plan de doce meses, hasta las legislativas, con el fin de continuar la política económica y superar la crisis que padece Francia».

Cuatro gaullistas

Entre los ministros dados de baja figuran el que fue delegado de Economía, Michel Durafour, y la ministra de la Cultura, Françoise Giroud, ambos batidos en las municipales. La continuidad se hace visible a la vista de los que permanecen: René Haby (Educación), Jean Pierre Fourcar (Equipamiento y Ordenación del Territorio), Christian Beullac (Trabajo), Simone Veil (Salud y Seguridad Social).

Robert Galley (Cooperación), André Rossi (Comercio Exterior), Yvon Bourges (Defensa), Christian Bonnet (Interior), André Boulin (delegado de Finanzas), Michel d'Ornano (Cultura y Medio Ambiente) y Luis de Guiringaud (Relaciones Exteriores).

El reparto político, teniendo en cuenta la reducción del Gabinete (el primer Gobierno Barre disponía de diecisiete ministros), es semejante, salvó en el caso del Partido Radical, que tenía tres ministros y sólo le queda uno. El RPR gaullista (Unión por la República) está representado con cuatro carteras, con tres los «republicanos independientes» y con dos los centristas del señor Lecanuet. El nuevo ministro de Justicia, Alain Peyrefitte, es la personalidad más definida de los dos nuevos ministros (el otro es el centrista Pierre Peyrefitte, encargado de la Agricultura) y la única sorpresa, relativa, de este Gabinete, que para algunos supone la última posibilidad de Giscard d'Estaing. El señor Peyrefitte fue varias veces ministro con el general Charles de Gaulle y con el fallecido Georges Pompidou. Era ministro de Educación cuando París vivió las barricadas de mayo del 68. Su dimensión literaria se manifestó con la publicación de «Cuando China despierte ... » y, semanas atrás, con «El mal francés», una reflexión sobre la sociedad gala, que ha gozado de una acogida considerable. Tras su ingreso reciente en la Academia Francesa, a los 52 años, Peyrefitte vuelve a la política, en tanto que «gaullista-giscárdiano», convencido, según sus últimas declaraciones, de que «Giscard merece que se le apoye».Mientras tanto, las reacciones ante el nuevo Gobierno se caracterizan, en general, por la reserva. Para hoy se esperan con interés unas declaraciones de Chirac al respecto. No obstante, Michel Debré, ex primer ministro, e Yves Guena, delegado político del RPR, siguieron ayer en Beaux de Provence, donde el gaullismo efectúa unas «jornadas parlamentarias », que el apoyo de su sector sólo será «global» si el Gobierno no pretende la aprobación de proyectos de ley «inaceptables».