Modificaciones fiscales para satisfacer a los sindicatos británicos

Con el presupuesto general que presenta hoy en el Parlamento el ministro británico de Hacienda, el Gobierno británico espera ganarse no sólo el apoyo sindical que precisa para renovar su política de controles salariales, sino la aprobación de una amplia representación de la clase media, cuyos impuestos podrían resultar reducidos.El presupuesto que anunciará hoy Denis Healey es la primera consecuencia de los ajustes que el Gobierno británico hizo en su estrategia económica el pasado mes de diciembre, cuando recortó sustancialmente el gasto público para cumplir las condiciones del Fondo Monetario Internacional.

A cambio de las restricciones salariales que el Gobierno quiere seguir manteniendo, el ministro de Hacienda le ofrecerá a los Sindicatos reducciones en el impuesto sobre la renta.

La reforma impositiva que se propone hacer el ministro de Hacienda ha sido permitida por la amplitud del crédito del Fondo Monetario Internacional, cuya aceptación supuso un punto crítico en la historia política del Gabinete laborista, pero que, según todas las estimaciones, se está mostrando como el elemento estabilizador de la economía británica y como el principal apoyo que ha encontrado el Gabinete en su propósito de conseguir ahora una renovación de su estrategia salarial.

Los descuentos en los impuestos directos que se podrían anunciar hoy reducirán la oposición que existe en el mundo sindical contra una nueva fase de control de salarios, cuyo límite de aumento se cifra ahora en un 4,5% anual. El Gobierno quiere mantener los límites en esa zona, al menos durante un año más. La puesta en práctica del presupuesto que se va a presentar esta tarde depende de la aprobación sindical. Esta dependencia del Gobierno de la opinión de los Sindicatos ha levantado en otro tiempo severas críticas de los diputados británicos sobre lo que consideran una disminución de la autoridad del Parlamento en favor de las presiones de los Trade Unions.

En cualquier caso, si los Sindicatos insisten en sus reivindicaciones de un sistema de negociación colectiva libre, el presupuesto de Denis Healey sería al final papel mojado.