Preocupación en Francia por la venta de "L'Express"
Para el viernes próximo está prevista la firma de la venta del semanario político francés más influyente, L 'Express, fundado y dirigido por Jean-Jacques Servan-Schreiber, actualmente diputado de la mayoría gubernamental y consejero del presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing. El comprador es el financiero británico Sir James Goldsmith, dueño de la Generale Occidentale, industria alimenticia francobritánica. Esta operación preocupa a los medios profesionales, que poco a poco ven como los grandes periódicos de circulación nacional pasan a manos de grupos financieros e industriales ligados a la clase política dirigente.
El señor Goldsmith va a adquirir el 45 % del capital y, paralelamente, comprará otras acciones con el fin de controlar la empresa. En las conversaciones con Servan-Schreiber ha jugado un papel importante la señora Gilberte Beaux, a la que se su pone amiga personal del presidente de la República.
Según medios próximos al semanario, la venta de L'Express no modificará el contrato empresarial, ni el acuerdo sobre la independencia de los periodistas, concluido hace cinco años. Se aseguró que tampoco será despedido ningún redactor. L'Express, que llegó a su tirada máxima hace dos años, con 700.000 ejemplares, ha bajado desde entonces, y hoy se sitúa en el nivel del medio millón.
La creación de L'Express constituyó una revolución en la prensa gala. Andre Malraux, Pierre Mendes France, Francois Mauriac, fueron algunas de las firmas que acreditaron aquella revista, defensora de la descolonización y de las posiciones de izquierda. En 1964, Servan-Schreiber lo transformó, imitando a los grandes semanarios, como el Times americano y el Spiegel de Alemania Federal. Este giro a la derecha fue desaprobado por una parte de la redacción, que se separó de Servan-Schreiber para fundar Le Nouvel Observateur, el actual semanario de izquierda.
El éxito de la nueva fórmula fue fulgurante. Pero la entrada de Servan-Schreiber en la política, de la mano de su otro éxito, El desafío americano, provocó una nueva crisis: otra parte de la redacción se separó del diputado de Nancy y fundó Le Point. A partir de este momento, L'Express se identificó progresivamente con los intereses políticos de su propietario. Cuando en 1974, el señor Servan-Schreiber eligió al presidente actual contra el líder de la izquierda, Francois Mitterrand, el semanario quedó marcado, y a este compromiso político se atribuyó el comienzo de su declive: el periódico «crítico e independiente» hasta entonces, se convirtió en un sostén de la política del presidente.
El comprador, señor Goldsmíth, ya es accionario del británico Dailv Express, conservador. En este momento, lleva a cabo una acción judicial contra el director de la revista satírica inglesa Private Eye, que ha hecho algunas revelaciones sobre sus negocios. Goldsmith es un contribuyente del partido Tory.
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