La gimnasia y Aluche

Le ruego publique la presente, en contestación a la carta aparecida en su periódico correspondiente al día de la fecha, y titulada «Deseos de una Nadia», firmadapor la niña Marta López Torrellas, ya que, en los términos de la misma, estoy involucrada, y, por tanto, perjudicada.En primer lugar, creo que no se le ha dado un enfoque correcto a la misma, quizálógico debido a la edad de la citada niña, ya que las clases generales de gimnasia que se imparten en el polideportivo Aluche no tienen como fin primordial el que todas las niñas lleguen a practicar gimnasia «deportiva», sino simplemente la iniciación y práctica de la «educativa», y ésta, incluso, en su nivel más elemental, dado el constante trasiego de alumnas, que en cada curso son nuevas en un porcentaje muy elevado, lo cual no es por voluntad de las profesoras, sino por propia decisión de Olas o sus circunstancias familiares, que las hacen abandonar las clases.

Respecto a la gimnasia deportiva, esta niña, en su lógica ilusión, no se da cuenta de que solamente por su peligrosidad y riesgo, además de otras numerosas condiciones que son necesarias para su práctica, no se puede enseñar a"todo el que quiere, sino ¡imitarla, desgraciadamente, a aquellas que pueden.

Precisamente, si de algo estamos orgullosos en esta instalación es de haber conseguido una cantera numerosa, que en sólo cuatro años ha producido y, por ahora, lo sigue haciendo, gimnastas que integran el equipo nacional absoluto y que, como tal, han llegado a competir en la pasada Olimpiada de Montreal.

El encargado de impartir esta enseñanza, gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid, que cede las instalaciones, y la Federación Regional, que contribuye con material y salarios, se ha provisto, y lo sigue haciendo, de todas. aquellas niñas de las clases generales que reúnen condiciones para ello, siempre y cuando ellas y sus padres, voluntariamente, se comprometan a observar la imprescindible autodisciplina y sacrificios necesarios para esta modalidad deportiva.

No existe, por tanto, ninguna niña en el polideportivo de Aluche que, «valiendo y queriendo hacer gimnasia deportiva, no la esté practicando ya actualmente. Lo único que sucede es que, naturalmente, el término «valer» (tan amplio por los apartados que comprende), no lo pueden decidir la propia niña o sus padres, sino, precisamente, el encargado de ir efectuando esta selección, que realiza a través de las dos, profesoras que damos las clases generales.

En lo único que coincido conella, o con quien la haya aconsejado, es en que son necesarios más gimnasios y polideportivos, para que más niñas y niños españoles puedan recibir enseñanzas deportivas, lo cual deseamos todos, ya -que es la única forma de-poder descubrir a los, en potencia, innumerables talentos que, por esta triste circunstancia, no llegan a salir a la luz, pero de lo cual, naturalmente, no puedo sentirme responsable.

Por último, sólo me queda hacer constar que, aunque he de respetarla, no comparto su opinión de que las profesoras somos «malas», quizá me esté bien empleado por haberla admitido para.... hacer gimnasia deportiM, aun a sabiendas de que no valía para ello.

Profesora de Gimnasia del polideportivo Aluche