El nuevo índice de precios al consumo supone la revisión profunda del anterior
En breve plazo, el Instituto Nacional de Estadística podrá facilitar a la opinión pública el índice de precios al consumo correspondiente al mes de enero del presente año. Este dato inaugura el nuevo sistema de cálculo de la evolución de los precios, que servirá de base para la revisión de numerosos salarios y arrendamientos, es clave para el análisis de la situación de la economía.
El nuevo sistema, que sitúa su base cien en 1976, es resultado de la encuesta de presupuestos familiares realizada por el Instituto de Estadística entre 1974-75, en la cual se anotaron puntualmente todos los gastos realizados por las familias encuestadas. La muestra fue de 30.000 familias, que en su conjunto responden al tipo medio nacional.Del tratamiento de esos datos resulta un conjunto de productos o artículos que suponen, al menos, el 1% del total de gasto familiar medio. Los 369 artículos que superan esa cota son los que intervienen en el cálculo del nuevo índice de coste de la vida. En el sistema anterior, los artículos implicados en el índice eran 255.
Estadística agrupó estos artículos o servicios en ocho grupos, en lugar de los cinco en que estaba dividido el índice anterior. En el cuadro adjunto hemos resumido estos grupos, anotando los artículos o servicios que suponen más del 10% en el índice, o aquello que tiene una relevancia especial. Al lado señalamos las ponderaciones de los mismos artículos en el índice anterior, con objeto de que quede de manifiesto las diferencias sensibles entre el esquema de consumo de la encuesta que hasta ahora ha estado en vigor y la nueva.
Vivienda, factor clave
La vivienda es, probablemente, el elemento nuevo más importante que entra a formar parte del índice recién estrenado. En el sistema de base 1968, la vivienda en propiedad no tenía ninguna valoración en el gasto medio de la familia española. Ahora, según la nueva en cuesta, un 8,8 % del gasto de las familias se dedica a la compra de viviendas en propiedad. Este es el factor más novedoso de la encuesta, que seguramente supondrá variaciones importantes de difícil previsión en este momento en el índice.
La revolución del automóvil
El vehículo de turismo y la gasolina son otros dos elementos de gran importancia en la nueva estructura de gasto de la familia media española. Mientras que en el sistema de base 1968, el automóvil no suponía prácticamente nada y la gasolina (de 85 octanos) quedaba reducida a 0,66 pesetas de cada cien de gasto, en el nuevo sistema, el automóvil es más importante que el pan y supone el 3,55% y la gasolina alcanza el 2,7 %. El teléfono, sin ser un elemento importante en el gasto, multiplica por tres su importancia frente a la situación del índice anterior, de 1,7 a 4,61 Por ello, la subida reciente del 11 % en el teléfono supondrá automáticamente un aumento del índice de precios al consumo del orden del 0,05%.
Crisis del pan y las patatas
En el capítulo alimentación, bebidas y tabacos, hay que señalar la pérdida de importancia relativa de su conjunto en el gasto total medio. Mientras en el anterior índice este capítulo suponía el 51,27%, en el nuevo queda reducido al 40,52%. Dentro de este capítulo hay que apuntar las variaciones de ponderación de tres artículos fundamentales: pan, patatas y aceite de oliva. Los tres artículos quedan reducidos a la mitad. Si según el viejo sistema una familia media gasta 5,5 pesetas de cada cien en pan, en la nueva sólo son 2,33. Algo similar ocurre con las patatas, de 21,6 a 10,8, y el aceite de oliva, de 34,5 a 13,5. Los huevos son otro producto de alimentación que ha perdido importancia en el gasto, de 29,8 a 16,0, mientras que las bebidas domésticas han ganado al pasar de 24,0 a 27,7.
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