"No necesitamos tres iglesias en el barrio"

La Asociación Familiar de San Ignacio de Loyola expone en un informe enviado a la prensa sus gestiones de cara a la consecución de un centro cívico para el barrio, así como la posibilidad de encontrar locales para que el Ayuntamiento edifique uno de estos centros.En el barrio existe una parroquia que, en opinión de los vecinos, cubre con sus servicios las necesidades de la zona. Esta afirmación ha sido corroborada por el párroco de dicha iglesia. Sin embargo, existen dos solares que se encuentran reservados desde hace más de siete años al Arzobispado de Madrid-Alcalá, para la construcción de dos nuevas parroquias. La asociación está gestionando la concesión de uno de esos solares, de 1.500 metros cuadrados de extensión, para la construcción de un centro cívico que constaría de hogar de ancianos, local para la juventud, estar de niños, biblioteca y sala de lectura, entre otros servicios comunes, tal y como lo plantea el Ayuntamiento en su proyecto para este tipo de locales.

El solar que reclaman los vecinos fue cedido por Inmobiliaria Carabanchel al Arzobispado en febrero de 1970, según consta en la escritura de cesión, pero la venta simbólica estaba condicionada a que a primeros de enero de 1972 estuviera la parroquia totalmente terminada; en caso contrario la venta quedaría anulada automáticamente y los terrenos pasarían de nuevo a poder de la Inmobiliaria Carabanchel, SA.

Los vecinos han hablado con la inmobiliaria, quien ha dado todo tipo de facilidades, para la cesión del solar en propiedad al Ayuntamiento, para que levante el centro cívico. Pone la empresa como condición previa que el Arzobispado debe renunciar a la propiedad del solar. Insisten los vecinos en las facilidades que han encontrado para toda esa tramitación en la Delegación de Relaciones Sociales del Ayuntamiento. «Hemos de admitir que siempre hemos encontrado en sus colaboradores ganas de servir. Ahora bien, son muy pocos, para la tarea encomendada y muchas de sus gestiones caen en saco roto para ser un departamento sin poder ejecutivo. Una lástima, de verdad. ¿Quién o quiénes son los culpables?»

Pero las facilidades encontradas por una parte se tornan, según los vecinos, inconvenientes a la hora de dialogar con el Arzobispado. «Todo son evasivas, excusas y razonamientos pobres. No niegan, pero tampoco afirman. Mientras lo piensan podemos perder la oportunidad que hoy se nos presenta. »

Manuel Laguna, presidente de la asociación de vecinos, manifiesta que hay varios puntos claros: «Hace cinco años que el Arzobispado perdió sus derechos de propiedad de acuerdo con lo pactado en escritura pública. Está claro que esos solares no han dado ninguna utilidad al ciudadano en siete años, y que en el barrio es necesaria la construcción de locales sociales, y no tanto la construcción de una parroquia. Por supuesto es innecesaria la construcción de dos templos. Sería una lástima que cerca de 70.000 personas, ciudadanos del barrio, perdieran la oportunidad que hoy se presenta. Estamos convencidos de que en el Arzobispado habrá alguien, con poder de decisión, que sepa comprender que nuestro barrio ya es mayor de edad para decidir sobre lo que le es más necesario. »