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Incendio en el Ministerio de Marina Mercante soviético

Un nuevo incendio, de reducida importancia, se declaró ayer en el último piso del edificio del Ministerio de la Marina Mercante en Moscú, construcción próxima al hotel Berlín.

Según un funcionario del Ministerio, en la séptima planta, donde se localizó el incendio, no había nadie y por ello no hubo víctimas. Varios coches de bomberos y elementos de la policía y la milicía acordonaron rápidamente el inmueble en previsión de que el fuego alcanzase al hotel Berlín, que al igual que el Rusia (Rosiya) alberga a visitantes extranjeros.Se supone que el incendio se debió a alguna chimenea mal deshollinada u otro accidente habitual de los que provoca el duro invierno moscovita.

Sin embargo, el diario yugosIavo Vjesnik no atribuye los últimos incendios, empezando con el del Metro, producido el pasado mes de enero, a la casualidad, sino a una campaña de sabotajes que tendría repercusiones internacionales, porque podría ofrecer argumentos contra la política de apertura a Occidente.

Mientras tanto, se conocen más detalles sobre el incendio del hotel Rusia cuyo balance de muertos podría ascender a sesenta, según declaraciones de un médico moscovita. De momento las embajadas están haciendo todo lo que pueden para conseguir las listas oficiales sobre las víctimas y verificar si algún ciudadano extranjero falleció en el siniestro. De momento se sabe que hay veinte cadáveres sin identificar y uno de un búlgaro que se encuentran en el hospital SkIifasovski de la capital soviética.

Asimismo, la agencia de noticias United Press International (UPI) protestó ayer por los malos tratos de que fue objeto su redactor Charles P. Wallace mientras cubría la información del hotel Rusia. Agentes de la Policía Militar le arrestaron y durante dos horas estuvo incomunicado en el interior del hotel, mientras se le solicitaba que entregara las fotos que había tomado del incendio. Los agentes se negaron a que el periodista estableciese contacto telefónico con su agencia, la embajada de Estados Unidos o el departamento de prensa de Asuntos Exteriores. Cuando Wallace abrió su cámara, tres agentes se abalanzaron sobre él y retorciéndole el brazo le obligaron a soltar la película, después destrozaron la cámara contra una mesa, dejándole libre a continuación.

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