Cerca de treinta y cuatro muertos en el incendio del mayor hotel de Moscú
Seis industriales vascos, de Eibar y Elgoíbar, han sido testigos presenciales, en la noche del viernes, del incendio del hotel Rusia (Rosiya) -el más grande de Moscú y uno de los mayores del mundo, con cerca de 6.000 camas en 3.200 habitaciones-, en cuyo siniestro han perecido treinta y cuatro personas. Si bien todavía no existe un balance definitivo, parece confirmarse la cifra de un centenar de heridos. El pavor producidido en los primeros momentos ha sido la causa de que haya que contabilizar tan elevado número de víctimas.
ENVIADO ESPECIAL, Alrededor de las ocho y media de la noche se iniciaron las llamas en una de las dos torres centrales del hotel, de veintiún pisos. El incendio se inició en las salas de motores de los sótanos de los cuatro ascensores que ponen en comunicación las habitaciones. El fuego, propagado rápidamente por los hueco de las cabinas, afectó principalmente los pisos doce y trece, quedando este último prácticamente destruido. Por fortuna, a la hora en que se produjo el siniestro numerosos clientes del hotel no se encontraban en el edificio, lo cual ha evitado una catástrofe mayor.La mayor parte de los efectivos de los bomberos de Moscú, que horas antes habían tenido que sofocar un incendio en el edificio de la Editorial Gaceta Literaria -donde habiamos contado hasta siete coches contra incendios-, actuaron con rapidez, y el centro de Moscú (el hotel Rusia se encuentra a espaldas del Kremlin) ha escuchado durante las seis horas que tardó en sofocarse el incendio la fuerte potencia de las sirenas de los coches de los bomberos y las ambulancias.
Pocos momentos después de conocerse el suceso, una comisión del Gobierno ha iniciado la investigación para conocer con detalle las circunstancias del siniestro. Se espera que en las próximas horas se pueda conocer con exactitud el número de fallecidos y heridos que han sido trasladados a los centros sanitarios, y faciliten a las representaciones extranjeras los nombres y nacionalidades de los afectados. Al margen de la noticia oficial se ha podido saber que, al parecer, entre los fallecidos figuran varios empleados del hotel y algún bombero.
El grupo de seis industriales vascos, pertenecientes al grupo Artera,c! pasadoi t o u,, s e, n 1 acaían maletas y efectos personales, y más de una persona intentó escapar de las.llamas a través de sábanas an.udadas, sin esperar a que llegasen los bomberos y cayendo al vacío. El pánico de estos primeros momentos en la zona central del fuego contrastaba con la tranquilidad que reinaba en varias zonas del hotel, donde hasta cerca de unaa ma- hora de iniciado el incendio no se a r i habían enterado del comierizo del suceso. Nota anecdótica es, según a
los testigos, los'cantos de algunos rusos que intentaron con su actitud de tranquilidad evitar mayores desgracias. Hacia la una de la madrugada, la mayoría de los huéspedes en peligro que guardaron serenidad habían sido puestos a salvo por los servicios de bomberos.
Los españoles se pusieron en contacto rápidamente con el corresponsal de la agencia Efe en Moscú, Francisco Eguigaray, en cuyo domicilio pasaron el susto y la noche tres de los componentes del grupo. Lo primero que hicieron al llegar a la casa del corresponsal español, verdadero albergue de los que llegamos por vez primera a Moscú, fue escuchar El caseflo, de Guridi. Los otros tres industriales hallaron hospitalidad cri la casa delconsejero comercial de la embajada española, Luis Linden, quien les pedía disculpas por no poder atenderles debidamente, ya que su esposa se encuentra en estos momentos en Madrid.
La noche anterior a la del incendio, acompañado de unos periodistas rusos y un grupo de profesores suecos, habíamos estado en el hotel Rusia charlando en la habitación de uno de los huespédes escandínavos y bebiendo cerveza. Pasadas las primeras horas de la m adrugada nos despedíamos agradeciéndoles su hospitalidad y hasta el momento nos ha sido imposible conocer la suerte que hayan podido correr estos jóvenes, si bien por la zona que habitaban es posible que no sufrieran las consecuencias del suceso. Además, a la hora de producirse el siniestro es lógico estuvieran cenando en algún restaurante moscovita.
La impresionante mole arquitectónica del hotel Rusia, orgullo, bien ganado de la aún incipiente industria hotelera rusa, fue construida hace alrededor de diez ,años. Cualquier guía de Moscú o colección de postales nos lo ofrece centrado en brillantes coloresj unto al río Moscú. Desde el frente norte de sus habitaciones se contempla la parte posterior del Krenilin, y en el amanecer es impresionante la imagen de las famosas torres donde ondean las estrellas de cinco puntas y se mueve, sobre el mausoleo de Lenin, iluminada, la bandera roja de la URSS. Alrededor del hotel varias iglesias ortodoxas ponen el contrapunto con la línea arquitectónica.nioderna del hotel. El barrio es uno de los más típicos de la capital de Rusia, en la zona antigua kitai gorod o barrio chino, dedicado a los mercaderes que negociaban en la ruta de las caravanas de seda procedentes de China.' En Nioscú se ha vivido intensamente en las últimas horas este desgraciado y espectacular suceso que ha producido una enorme conmoción entre sus habitantes. En la mañana de ayer sábado, cuando sólo los comercios, estár abiertos y es día de descanso en los demás lugares de trabajo, miles de personas se han acercado hasta las proximidades del hotel para conocer de cerca la magnitud del íncendio. Fuértes cordones policiales impiden el acceso no sólo a los curiosos, sino a los periodistas que intentamos conocer detalles de
ocurrido.
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