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La imagen del régimen checoslovaco se deteriora en el exterior

Los diarios de Checoslovaquia continúan insertando interminables columnas de ciudadanos deseosos de demostrar su adhesión al Gobierno y su repulsa a Carta 77, pero de cara al exterior se desdibuja la fisonomía del país. El jefe del Gobierno checoslovaco, Strougal, aplaza una visita oficial a Austria; el subsecretario de Asuntos Exteriores, Spacil, descalifica a los firmantes del documento y el propio Gobierno de Praga interviene nuevamente contra periodistas extranjeros.

Por segunda vez en dos días, la policía checa ha obligado a cruzar a pie, maleta en mano, la frontera con Austria a otro periodista enviado especial. Tras retirar del tren el dom ngo al corresponsal en Viena del New York Times, la medida se ha repetido esta vez contra el delegado del semanario alemán Stern. Acompañado por tres agentes, este informador se vio obligado a recorrer a pie los tres kilómetros que separan el lugar en que tuvo que abandonar el tren y la aduana austríaca. Según el periodista, la policía pretendía impedir que hablase en el tren con viajeros checos. El jefe del Gobierno de Praga, Lubomir Strougal, ha aducido «sobrecarga de trabajo» para justificar el aplazamiento de su visita a Viena, prevista para marzo. Desde la firma por el canciller Kreisky de una carta en la que más de un millar de austríacos reclamaban libertades ciudanas en Checoslovaquia, las relaciones de buena vecindad entre Praga y Viena han experimentado un sensible enfriamiento, cuya manifestación más notable hasta ahora es la cancelación del viaje de Strougal. Antes, el canciller austríaco fue incluso objeto de una alabanza por el Gobierno checoslovaco al ofrecer aquél «un generoso asilo político» a los intelectuales que quisieran abandonar Checoslovaquia.

Respecto de los mismos firmantes de la Carta 77, el subsecretario de Asuntos Exteriores de Praga, Dusan Spacil, los ha calificado como «individuos que pertenecen a los sectores más acaudalados del país». Spacil ha dicho que Pavel Kohout es millonario; Havel, hijo de millonario igualmente, y Franktisek Kriegel «fue comandante, en los ejércitos americano y Chino-nacionalista», factores todos ellos que pueden revelar el verdadero sentido de sus pretensiones «humanísticas». Spacil ha confirmado también que se encuentran aún detenidos el periodista Jiri Lederer, los escritores Vaclav Havel y Ludvik Vaculik y el ex director de teatro Ota Ornest. «Todos ellos no son víctimas de una persecución política -dijo Spacil-, sino tan solo delincuentes que han violado el Código Penal del país.»

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