¡Elemental, mi querido Watson!
He leído entre asombrada, divertida e indignada el relato del registro efectuado en su casa, adivino que en busca de los señores Oriol y Villaescusa.Si para las fuerzas policiales encargadas de descubrir y liberar a esos señores el director de un periódico nacional como EL PAIS resulta sospechoso de colaborar a la «realización o preparación de actos terroristas», amas de casa como yo corren el riesgo de ser confundidas con Rosa de Luxemburgo, cuando menos.
Al igual que miles de españoles, me he preguntado semana tras semana cómo era posible que, transcurridos casi dos meses desde su secuestro, el señor Oriol no apareciese. Ahora entiendo por qué.
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