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"No queremos publicidad, sino soluciones"

Los vecinos que ocupan el número 73 de la calle del Toboso no encuentran ninguna entidad que se ofrezca a investigar sobre los ruidos de la finca. A juicio de los afectados, los ruidos pueden proceder de obras en el Metro, que actualmente se realizan en la zona, o de una posible zona de minas sobre la que pudiera estar asentado el edificio.

En una visita que realizaron ayer por la mañana al Gobierno Civil de Madrid, se informó a los vecinos que el caso había pasado «a manos de los jueces», aunque no les pudieron aclarar del juzgado que se ocupaba del tema. Asimismo se les aseguró que el Gobierno Civil colaboraría en el esclarecimiento del caso, según informó a EL PAIS el secretario de la Asociación de Vecinos Tercio Terol-Los Cármenes.Desde hace un mes, ruidos de origen desconocidos, mantienen expectantes a los vecinos del número 73 de la calle del Toboso. Desde hace una semana algunas informaciones han provocado la indignación de estos mismos vecinos. «No queremos publicidad, queremos soluciones», sería el slogan que resumiera su actitud.

La vivienda sobre la que repercuten con mayor intensidad los efectos antes mencionados forma parte de la colonia del poblado de absorción de General Ricardos, construida por Colomina y Serrano, y dependientes del Instituto Nacional de la Vivienda. Estos bloques se construyeron para acoger a personas afectadas por expropiaciones forzosas en distintas zonas de Madrid. Las construcciones se hicieron para albergar a esta gente por un periodo de diez años, aunque ya han transcurrido dieciséis. Desde que se edificaron se echa en falta la construcción de viales y aceras, hasta ahora inexistentes. Las viviendas tienen una superficie media de unos cincuenta metros cuadrados y pagan un alquiler aproximado de 250 pesetas mensuales, de las que una parte son en concepto de parques y jardines, que igualmente brillan. por su ausencia. Los bloques números catorce, quince y dieciséis están apuntalados.

Hace un mes comenzaron a escucharse los ruidos por primera vez, que se fueron incrementando hasta producir el pánico en los inquilinos a finales de la semana pasada. Durante este tiempo han pasado por allí. agentes de la policía gubernativa, municipal y de la Guardia Civil, técnicos del Canal de Isabel II, arquitectos del Ayuntamiento, parasicólogos, informadores de los distintos medios y simples curiosos. A pesar del largo y variado desfile, los vecinos no han recibido ninguna respuesta concreta que tranquilizase sus ánimos, sobre la procedencia del extraño fenómeno. De continuar así las cosas, más de un vecino acabará aquejado de alguna enfermedad nerviosa.

Lo que en un principio sólo eran molestos ruidos se ha traducido en la actualidad en un agujero aparecido en el tercer piso de la finca, y frecuentes vibraciones, que hacen pensar en la inseguridad a que están expuestas estas gentes, a pesar de que el arquitecto oficial que examinó el edificio aseguró que no existía ningún peligro.

Galerías y trincheras

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Según un informe elaborado por la Asociación de Vecinos del Tercio Terol, que además han encargado a dos arquitectos y un ingeniero la elaboración de los estudios técnicos, parece ser que en el subsuelo existen galerías o trincheras construidas durante la guerra, que servirían de paso entre el río Manzanares y la plaza del Ejército. En dicho subsuelo se piensa hubo minas y un depósito de explosivos sin explosionar desde la guerra. La zona sobre la que se asienta la colonia, en el antiguo arroyo de Las Pavas, es una zona movida y poco consistente.Los ruidos, cuya frecuencia e intensidad aumentan por la noche se localizan muy directamente entre los cimientos, que pudieran estar asentados sobre las mencionadas galerías. Pero esto sólo constituye una hipótesis, que puede quedar afirmada o desmentida el sábado, día para el que se espera esté realizado el informe de los arquitectos.

El informe denuncia la pasividad de los organismos oficiales, cuya actuación se ha limitado a la excavación de pequeños fosos en los laterales del edificio. Asimismo denuncia el tratamiento dado por los medios informativos al tema, enfocado en plan verbenero y no como un problema crucial para los vecinos. «Los fantasmas -comentaba un vecino- suelen reducirse a fraudes y abusos en materia de construcción.»

Tanto la Asociación como los vecinos van a desarrollar una serie de gestiones ante el Instituto Nacional de la Vivienda, el Ministerio de Obras Públicas, el Ayuntamiento y otros organismos oficiales, para que solucionen los problemas que tienen planteados: Mientras tanto, ruegan a los curiosos se abstengan de visitar el bloque y los alrededores, por las continuas molestias que esto ocasiona a un vecindario angustiado por la situación.

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