Rebibbia ha dejado
de ser la última cárcel romana de la cual todavía no se había escapado ningún preso, después de que dos detenidos lograron llevar a cabo una espectacular evasión. Aprovechando la densa niebla del amanecer, Claudio la Neve, condenado a veintisiete años de prisión, y Antonio Leccese, en espera del juicio, pudieron saltar el muro de la cárcel, utilizando sábanas con las cuales habían formado, rudimentarias cuerdas.
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