Fracasa en Ginebra la reunión de la ONU sobre asilo territorial
En medio de un ambiente de fracaso, que muy pocos de los 86 delegados pudieron disimular, finalizó ayer aquí la conferencia de las Naciones Unidas sobre asilo territorial, que duró veinticinco días. Esta reunión debía acordar una convención internacional definitiva sobre esta materia, en base a once puntos de los cuales sólo se discutieron tres. El temario y las recomendaciones técnicas fueron elaborados a lo largo de cinco años por una comisión integrada por representantes de veintisiete Estados que tuvieron en cuenta aspectos teóricos y práctivos del problema, a la luz de la dramática realidad de las cifras que señalan que, justamente en estos últimos cinco años, se ha duplicado el número de asilados en el mundo.
En opinión de muchos de los delegados participantes, la conferencia significó un paso atrás y quedó absolutarnente superada por la Convención Interamericana sobre asilo y por legislaciones nacionales de algunos países, como, por ejemplo, la de México, que acogió hace casi cuatro décadas a 200.000 españoles que debieron huir de su país tras la guerra civil.
El concepto de que el asilo como acto pacífico y humanitario no constituye acto de hostilidad hacia ningún otro Estado y debe ser respetado como tal por todos los Estados, que los expertos recomendaron abordar con cierta prioridad, no fue debidamente analizado por la conferencia, subsistiendo incluso algunas lagunas en el artículo que se refiere a los requisitos que deben mediar para que una persona sea considerada como perseguido político. Igualmente confuso quedó el punto de los derechos y deberes de los asilados.
Al finalizar la conferencia ni siguiera hubo acuerdo para fijar la fecha de un próximo encuentro. La culpa del fracaso la atribuyeron algunos delegados a la rigidez de ciertos países para tratar esta materia extremadamente compleja.
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