Israel no tolerará cambios en la situación libanesa
El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Yigal Allon, declaró ayer que la situación en la frontera líbano-israelí podría considerarse el comienzo de una posible crisis.
Durante una visita que realizó a la frontera, aludiendo al avance de las tropas de pacificación árabe, Allon indicó que en la solución de los problemas que puedan surgir, Israel prefiere utilizar los canales diplomáticos.
«Estamos haciendo lo posible para evitar una crisis dando primacía a las vías políticas y diplomáticas y esperamos que las autoridades de Beirut y Damasco entiendan que Israel no puede tolerar un cambio de la situación», agregó Allon.
Por su parte, Estados Unidos ha garantizado al Líbano que Israel no llevará a cabo una acción militar contra el Sur, pero fuentes políticas han manifestado que Israel desea el mantenimiento de las fuerzas árabes de disuasión, al menos a quince kilómetros de la frontera.
El responsable de Asuntos Exteriores norteamericano George Lane ha dado garantías al ministro de Defensa y Asuntos Exteriores, Fuad Burtors, de que Israel no entrará en acción en el Sur. Lane y Burtors se entrevistaron el sábado y el domingo.
Mientras viajeros procedentes de Beirut han informado ayer que la ciudad de Nabatiyeh, en el sur del Líbano, que marca el límite sur de la ocupación de las fuerzas pacificadoras árabes, fue bombardeada el sábado y el domingo. En la madrugada del lunes los combates se extendieron a otras tres localidades del Sur.
Los incidentes se iniciaron cuando las fuerzas derechistas trataron de avanzar, con apoyo de carros de combate, en dirección a la localidad izquierdista de Deir Mimas.
A continuación se inició un violento duelo artillero entre las localidades derechistas de Marjayun y Keia y los bastiones izquierdistas de Deir Mimas, Ebl Es Saqi y Rashaya.
