Clausura del ciclo sobre "libertad de expresión"
«El menos malo de los sistemas que en estos momentos puede ofrecer la mejor libertad de expresión posible es el de la libertad de empresa; aunque esto no debería ser así, dado que en teoría la empresa se propone su propio beneficio y lo que se aleja de la idea del bien común y de lo que supone la práctica informativa», dijo el director de La vanguardia, Horacio Saenz Guerrero, en la conferencia con la que clausuró ayer las Jornadas sobre la libertad de expresión, organizadas por la revista Cambio 16.Momentos antes, el director de cine y periodista italiano Gillo Pontecorvo había explicado, dentro del mismo ciclo, el proceso de la libertad de expresión en Italia desde la caída del fascismo hasta los tiempos modernos y se había detenido a analizar, sobre todo, las estructuras de censura implicadas en el mundo del cine y los factores liberadores que pueden hacer de este medio un elemento de formación de participación del público.
Horacio Saenz Guerrero desveló, en base a su afirmación inicial, que el menos malo de los sistemas conocidos en las actuales circunstancias es el periodismo de empresa, algunos aspectos teóricos de la libertad de expresión, «a la que tienen derecho las empresas, los profesionales de la información y los lectores. Esta libertad -dijo- configura las otras libertades y los modos de pensar y vivir de los miembros de la comunidad».
«Si la libertad de expresión -añadió el director de La Vanguardia- debe ser objeto de alguna limitación, ésta ha de originarse y aplicarse a través de un debate público con métodos genuinamente democráticos. Es decir, el único control posible es el democrático y no el autoritario ni el paternalista que España ha padecido durante tantos años.»
La necesidad de coherencia en las redacciones -el elemento humano, el periodista, a quien el señor Saenz Guerrero dio un protagonismo básico en la libertad de expresión- fue otro de los temas que con mayor insistencia analizó.
