_
_
_
_
Tribuna:Ley de Asociación Sindical / 3
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La subsistencia del verticalismo

En los debates de las Cortes sobre la ley de Asociaciones Sindicales ha pasado inadvertida una disposición transitoria, introducida con éxito por la vía de una enmienda el último día de los debates, a propuesta del procurador señor Gatell.Señala tal disposición que «las asociaciones sindicales constituidas al amparo de la legislación en vigor, que así lo soliciten, quedarán automáticamente acogidas al régimen jurídico de las asociaciones profesionales, previa la adaptación, en su caso, de las normas estatutarias ... ».

Se pretendía con esta enmienda, que fue aprobada y ha quedado convertida en disposición transitoria de la ley de Asociaciones Sindicales, que 103 asociaciones y 57 agrupaciones sindicales constituidas al amparo de la ley Sindical de 1971 pudieran subsistir como si nada hubiera cambiado en la vida sindical de este país desde 1971.

Ha cambiado cuando menos la realidad sindical, tanto a nivel obrero como a nivel empresarial. De otra parte, aunque la legalidad sindical no ha cambiado, ni puede cambiar, al menos hoy por hoy, todo lo que sería necesario, la nueva ley de Asociaciones Sindicales supone avances concretos innegables respecto de la ley Sindical de 1971, lo que no quiere decir que como conjunto legal sea de recibo.

Por todo ello resulta sorprendente, a primera vista, que se haya aprobado, con un solo voto en contra, una disposición transitoria que, como la comentada, pretende la ratificación y convalidación, por vía de la subsistencia, de asociaciones y agrupaciones fundamentalmente empresariales, creadas al amparo del verticalismo.

Insisto en que sólo cabe al respecto la sorpresa inicial, ya que una disposición que, como la comentada, pretende mezclar el pasado con el futuro, es plenamente congruente con la filosofía sindical del Gobierno Suárez. Este lo único que ha pretendido es buscar una interpretación del Fuero del Trabajo más liberal que la interpretación que en 1971 hizo la ley Sindical de aquel año, pero subsistiendo nada merlos que 59 de los 63 artículos de dicha ley.

Se trataba, y se trata, de no romper del todo con el verticalismo y, a la vez, de avanzar un poco hacia la libertad sindical. Las consecuencias prácticas de semejante filosofía sindical no son otras que el intento de mezclar realidades sindicales que, por su distinta densidad democrática, son inmezclables. Al menos así veo el tema hoy por hoy. Claro está que la opinión importante no es la mía, sino la de los sindicatos ilegales. Las próximas semanas, especialmente a partir del momento en que termine el pleno de las Cortes en el que han de resolverse las incógnitas que hoy pesan sobre el texto de la ley de Asociaciones Sindicales, nos permitirán conocer las opiniones de esos sindicatos, tanto de los integrados en la Coordinadora de Organizaciones Sindicales, como de los que están fuera de ella, tales como la CNT, la SOC, la STV y los Sindicatos Unitarios. Sólo entonces sabremos si van a beber o no en la taza que el Gobierno les ofrece, por considerar que dentro de ella hay café con leche, es decir, productos sindicales mezclables, o por el contrario, no van a aceptar la oferta del Gobierno por entender que en la taza hay agua y aceite, es decir, productos sindicales no mezclables por tener distinta densidad democrática.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_