España debe reconocer los derechos del consumidor de la CEE

¿Cuáles son las perspectivas del consumidor español ante el año electoral que va a ser el de su mayoría de edad como ciudadano?Que los partidos políticos no hayan formulado todavía, por falta de tiempo o preparación, opciones concretas sobre los derechos del consumidor no quiere decir que el tema no sea fundamental para cualquier planteamiento político de corte democrático. El presidente francés Giscard D'Estaign, en su libro Democracia, atribuye a las asociaciones de consumidores tanta importancia como a los sindicatos, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta que tres millones de familias están integradas en las cooperativas de consumo que existen en Francia.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) es uno de los frentes más activos en esta lucha. Su presidente, Antonio García-Pablos, nos ha expuesto un análisis de la actual situación del consumidor en España.

La propuesta del Gobierno Suárez de dar una representación de diez puestos al sector consumo en el plan de reestructuración del Consejo de Economíaes -en opinión del señor García-Pablos- la medida oficial del año 76 que más puede favorecer a los consumidores.

«Por primera vez se va a contar con el consumidor como interlocutor económico, capaz de influir en las decisiones que como tal consumidor le atañen. Esto es importante porque el interés que defiende la Administración no siempre coincide con el del consumidor. Ya se sabe que en el Gobierno hay demasiados vendedores y pocos compradores, sobre todo modestos. Sobre los dos organismos creados el año pasado por la Administración para regular la política del consumo -el Instituto de Consumo y la Dirección General de Consumidores- todavía no es posible decir más que esto: en el primero se impone una reordenación y que el segundo debe empezar a funcionar cuanto antes.»

«A nivel de país real -señala el señor García-Pablos- el año 76 se ha destacado por la atención que la prensa y radio han dedicado al tema del consumo; incluso se ha llegado a cierta especialización de los informadores en este campo. No obstante en los comentarios que aparecen en los medios de comunicación sigue predominando la perspectiva empresarial sobre la del consumidor y cuando se aborda la cuestión hay una peligrosa tendencia a generalizar o a trivializar... Esta última tendencia es la causa de que la compleja problemática del consumo se haya reducido a la imagen tópica del ama de casa en pugna con los precios.»

Una de las reivindicaciones del consumidor es conseguir en el consejo del FORPPA -órgano que decide sobre precios de alimentos básicos- una adecuada representación. Actualmente el consumidor sólo cuenta con un voto (el de la presidenta de la Federación Nacional de Amas de Casa), frente a trece votos de la producción.

También se plantea la necesidad de reconocer oficialmente la Carta Magna de los Derechos del Consumidor, vigente en los países de la CEE y que España puede suscribir aunque no esté integrada en la Comunidad. Dicha Carta establece cinco puntos que son los siguientes: derecho a la protección de la salud y seguridad, a la protección de los intereses económicos, a la reparación de daños.