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El ejército controla las calles de El Cairo

La ciudad de El Cairo vuelve paulatinamente a la normalidad tras haber padecido los mis violentos disturbios desde que fue derrocado el rey Faruk en 1952 y que han costado la vida, según cálculos no oficiales, a 43 personas, mientras otras seiscientas han sufrido heridas y varios centenares de manifestantes han sido detenidos. Este retorno a la calma se debe ante todo a la decisión del presidente Sadat de anular las subidas de precios y al control de los puntos principales de la capital por tropas del Ejército. La marcha atrás dada por el presidente egipcio ha sido interpretada como un signo de debilidad.

El ejército fue llamado en apoyo de la policía de seguridad, en varias ocasiones desbordada por los manifestantes que protestaban por el alza de los precios en productos esenciales del consumo durante los dos días que han durado los disturbios. Esta participación militar no se había producido desde los violentos incidentes que precedieron a la caída de Faruk hace un cuarto de siglo.Las calles del centro de El Cairo, así como el de otras cinco ciudades situadas en el delta del Nilo, ofrece una imagen de la violencia de los enfrentamientos: coches incenciados, comercios asaltados, calles sembradas de piedras... El blanco de la ira de los manifestantes se concentró sobre edificios Públicos, comisarías de policía, sedes de la Unión Socialista Arabe (partido en el poder), restaurantes, hoteles y cabarets de lujo.

Los incidentes se prolongaron hasta las primeras horas del jueves, a pesar del toque de queda implantado por las autoridades. Para corroborar el retorno a la normalidad el toque de queda ha sido acortado en tres horas. Por otro lado y con el ánimo de calmar los ánimos, el Gobierno no ha anulado la subida del 10% en los salarlos decretada paralelamente al alza de los precios.

Alza de precios

El detonante de los disturbios ha sido la subida de precios de productos esenciales como el arroz (16%), el azúcar (3,3 las bombonas de butano (46 la gasolina (31%). Las tasas a la importación también fueron aumentadas en algunos casos en un ciento por ciento.Un alza de precios en 1975 produjo también graves incidentes en Egipto. La distancia entre precios y salarios no ha dejado de crecer en Egipto. El pasado año fueron decretadas drásticas medidas de austeridad que implicaban la congelación de salarlos, lo cual hizo aumentar la agitación social en un país de fuerte desempleo y salario mínimo mensual de unas 1.500 pesetas, que constituye el único ingreso de grandes masas de población.

El Gobierno ha responsibilizado de los incidentes a comunistas. Lo mismo ocurrió hace dos años y varios militantes fueron detenidos, para ser puestos en libertad después sin cargos formales contra ellos. En la presente ocasión, las críticas a Sadat han sido dirigidas también desde las filas nasseristas, que reprochan al presidente el haber abandonado el socialismo impuesto por el Rais hasta su muerte, en 1970. Sadat ha liberalizado la economía egipcia, pero esto no ha sido suficiente para atraer capitales en cantidades suficientes para elevar la situación del país.

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Economía de guerra

La raíz del mal que padece la economía egipcia se debe, entre otras causas, de esfuerzo bélico a que está volcado Egipto para afrontar el estado de guerra frente a Israel. Los gastos militares absorben más del 50 % del presupuesto, nacional. Esta situación se vio agravada además por el cierre del cánal de Suez, en 1967, principal fuente de ingresos de la nación.Su reciente apertura no ha podido aún rendir los frutos necesarios para paliar esta situación Tampoco la ayuda prestada por los ricos países petroleros árabes, que ha sido desviada hacia la especulación inmobiliaria e inversiones en sectores poco dinámicos como el turismo.

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