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Hacia una coalición entre laboristas y liberales británicos

El primer ministro británico James Callaghan habría iniciado una serie de «contactos informales» con el dirigente del Partido Liberal, David Steel, con el propósito de estudiar la posibilidad de una coalición. La noticia fue difundida en la madrugada de ayer por Robert McCrindle, del Partido Conservador, quien acusó de «oportunista» al jefe liberal.David Steel declaró el viernes que la política de la líder de los «tories», Margaret Thatcher, se caracterizaba últimamente por su «oportunismo político y su cinismo». Sostuvo también que las «ambiciones» de la señora Thatcher resultaban «peligrosas» para Gran Bretaña.

La información de McCrindle sobre los presuntos contactos entre Callaghan y Steel apareció, pues, relacionada con el ataque de Steel a la jefa de su partido. No obstante, las posibles conversaciones para una posible alianza liberal-laborista en el Parlamento han sido motivo, durante las últimas semanas, de diversas conjeturas en algunos sectores del partido de Callaghan, sobre todo entre los llamados «socialdemócratas». Sin embargo, estos grupos sostienen que la iniciativa no ha partido del laborismo, sino del propio señor Steel.

De acuerdo con esas versiones, Steel se habría entrevistado, a fines de diciembre, con el dirigente laborista moderado Reg Prentice, que acaba de rentinciar a su puesto en el Gabinete de Callaghan por discrepancias con la línea izquierdista del «Labour Party», en cuyo comité ejecutivo predominan los partidarios de Michel Foot, y por lo que denominó la «inercia» de Callaghan frente al «marxismo laborista» y la presión de los sindicatos (Trade Unions).

Sin embargo, también Callaghan estaría ahora dispuesto a una coalición con los liberales -indican los conservadores- para intentar de esa manera fortalecer la posición del laborismo en los Comunes. En la actualidad el partido en el poder dispone de una exigua mayoría en el Parlamento, lo que podría derivar en el fracaso de 1mportantes proyectos de ley, como el de la autonomía para Escocia y Gales, e incluso darles a los conservadores la posibilidad de plantear una crisis de confianza en el Gabinete. La semana pasada a señora Thatcher se ha vuelto a declarar dispuesta a llegar a ese extremo para obligar así a Callaghan a convocar elecciones generales anticipadas.

Steel, que según la dirigente conservadora ha intentado también negociar un pacto con los «tories» moderados del ex «premier» Edward Heath, declaró ayer, sobre las intenciones de la señora Thatcher, lo siguiente: «Está decidida a poner en riesgo el futuro constitucional y político del Reino Unido para satisfacer sus propios intereses. Quiere, simplemente, ser primer ministro.»

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