_
_
_
_

Los fondos de desempleo se dedicarán, en Alemania, al pago de pensiones

La solución parcial fijada por el: Gobierno de Bonn al problema de la financiación delos subsidios sociales no parece que sea el punto final de un grave problema. El equipo social-líberal, dirigido por el canciller Schmidt, ha decidido, para no cargar al hombre de la calle, con nuevas tasas fiscales convertibles en dinero en la edad del retiro, que la oficina de trabajo ayude a crear este fondo de ayuda con los depósitos destinados a mitigar el paro. Se trata, sobre todo, de enjugar la riada de 83.600 millones de marcos que se precisan para poner al día las pensiones de los jubílados hasta 1980.Para los expertos en problemas sociales, el punto de partida del Gobierno al aplicar esta solución es falso, El nuevo ministro de Trabajo, Ehrenberg, está convencido de que el desempleo remitirá este mismo año. Sin embargo, la Oficina Federal de Trabajo, que contabiliza ahora 1.060.000 desocupados, anticipa que en 1980, año en que entrará en vigor la medida aprobada por el Gobierno, los parados no sumarán menos de 700.000. En conse cuencia, no puede disponerse alegremente del fondo de ayuda al desempleo para solucionar la financiación de las pensiones. El diario liberal conservador FrankfÚrter A llgemeine Zettung habla de un «caos social» a propósito del remedio gubernamental y dice que es absolutamente imprescindible encontrar un criterio social nuevo.

Los estamentos patronales, por su parte, temen un proceso inflacionario que no contará con la válvula de escape del subsidio al paro para evítar una reacción generalizada de los trabajadores excluidos de las empresas por razón de la «racionalización» del sistema productivo. La ocasión le ha venido bien al Gobierno para insistir en la necesidad de incrementar las inversiones con el fin de crear nuevos puestos de trabajo, objetivo fracasado hasta el momento. El ministro de Finanzas. el liberal Friderichs. ha tratado de llegar al núcleo del problema -la estructura empresarial- y se ha mostrado partidario de reformar la ley para el control de los monopolios, de 1974. Para él, debe apretarse aún más la mano, en base a la reforma legislativa, de modo que las fusiones empresariales, los abusos estructurales y la libertad de producción se vean sometidos, como poco, a ciertas medidas de saneamiento en las que se t enga en cuenta no sólo el interés del capital, sino también el de la sociedad en conjunto.

Como muestra de la prepotencia de los grandes consorcios y de su creciente expansionismo, baste observar que las nueve firmas industriales más importantes en la RFA redujeron sus plantillas en 65.800 puestos de trabajo en territorio alemán, entre 1974 y 1975, e incrementaron en 18.200 las de sus filiales en el extranjero, establecidas en países con mano de obra barata. Gracias a ello, los beneficios empresariales netos alcanzaron el 20% de aumentos en 1976, respecto del año anterior.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_