Dimite monseñor Pellegrino
El cardenal Michele Pellegrino, arzobispo de Turín, ha renunciado a su cargo antes de cumplir los 75 años (el 25 de abril de 1978), límite de edad indicado por el Concilio. Todavía no se sabe si Pablo VI aceptará la renuncia o aconsejará al purpurado que permanezca en su cargo, ayudado por un obispo coadjutor.La noticia, de todos modos, ha tenido enseguida un eco nacional. Pellegrino representa el ala progresista en la Conferencia Episcopal Italiana y es la personalidad de la Iglesia que más ha trabajado por una Iglesia abierta. Denominado el cardenal rojo por la derecha, su pensamiento no se ha limitado a traducirse en gestos exteriores como el de preferir ser llamado padre en vez de eminencia y en llevar un pectoral de madera en vez de oro. En la Navidad de 1971 su pastoral Caminar Juntos, provocó un escándalo entre la gente-bien de Turín. La opción preferencial que su humanismo integral propone a la Iglesia se sintetiza en tres palabras: pobreza, libertad y fraternidad. El actual alcalde de Turín, el comunista Diego Novelli, reveló al año siguiente en su libro Génesis de una pastoral que expertos del Partido Comunista habían contribuido a la elaboración de la pastoral del padre Pellegrino.
El padre Pellegrino no participó en el Concilio Vaticano II porque se concluyó a poco tiempo de ser nombrado obispo. Catedrático de Historia del Cristianismo en la Universidad Estatal de Turín desde 1948, el arzobispo de Turín se ha distinguido en los once años que ha regido la diócesis más capitalista de Italia, por su lucha para que la Iglesia no sea un poder entre poderes, una Iglesia de los patrones. Cuando le hablaban de la incompatibilidad con el Partido Comunista Italiano, Pellegrino respondía: «Cada uno tiene su cabeza y tiene que pensar con su cabeza.» La distinción de Juan XXIII entre error y errante, lo llevaba a esta posición: «No me interesa ganar el favor de esta o aquella corriente de derechas o de izquierdas. Ni siquiera podría proponerme la línea de un justo medio en el sentido de buscar un compromiso a cualquier costo. »
En minoría en el consejo pastoral de su propia diócesis, el arzobispo Pellegrino no condenó a los católicos que votaron por el divorcio, pero fue implacable contra los sacerdotes del Casalese que pedían la abolición del celibato. En el convenio nacional de noviembre pasado sobre Evangelización y promoción humana apoyó la relación del profesor, alumno y sucesor suyo en la cátedra, Bolgiani, que criticó duramente la Iglesia de Pío XII.
Es probable que Pellegrino, hijo de un albañil, partisano durante la guerra con los grupos de justicia y libertad, retorne a su cátedra de Historia del Cristianismo y dedique más tiempo a cuidar su precaria salud. Con su renuncia, anunciada por sorpresa la Nochevieja durante una homilía, se abre en la Iglesia italiana -y no sólo italiana- un vacío difícil de colmar. Con Turín, este año que entra, Milán y Florencia quedarán también vacantes, porque sus respectivos prelados, Colombo (un teólogo amigo del Papa) y Florit, llegan al límite de edad.
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