¿Hasta cuándo?

Una profunda indignación de dolor y sensación de impotencia me produjo la noticia de la muerte del joven Ángel Almazar Luna como consecuencia de la intervención de las fuerzas del «orden» público para disolver una manifestación en la que el infortunado joven se encontraba.Ante este gravísimo hecho yo me pregunto: ¿Hasta cuándo los españoles vamos a seguir tolerando esta sangrienta sucesión sin fin de ciudadanos muertos por expresar pacífica y públicamente sus convicciones? ¿Es que no hasta ya con esa treintena larga de muertes sin sentido? ¿Es que el Gobierno no está dispuesto a cortar de raíz estos lamentables hechos? ¿Acaso no existe una monstruosa y sospechosa desproporción entre la actitud que mantiene la fuerza pública ante las numerosas actuaciones de esos elementos «incontrolados» -que sin ir más lejos el otro día agredieron de palabra y obra al presidente de las Cortes y del Consejo del Reino sin mayores consecuencias para ellos- y la que mantiene con esos ciudadanos que con toda legitimidad disienten de cómo el Gobierno concibe el camino a la democracia?