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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La poesía perdida

El número de traducciones de las obras de Heinrich Heine, en el siglo pasado podía considerarse como un barómetro político, ya que solían aparecer según las actividades más liberales o socialistas de un país. Eran ' recibidas con entusiasmo, cuando una joven literatura se libraba de sus vínculos religiosos o provincianos.A Heine le dio la fama su poesía, precisamente su Libro de canciones, tan discutido por amigos o enemigos, ya que las polémicas sobre su obra se encendían menos por su valor literario-estético, que por la postura política, moral y religiosa del lector. Mientras en el extranjero tuvo gran eco como poeta romántico, en su país fue atacado y condenado como corruptor de jóvenes y como un peligroso renovador político y se prohibieron sus escritos en 1835. Cien anos después, se repitió lo mismo.

Heinrich Heine

Poemas.El Bardó. Selección y Traducción de Feliú Formosa. Editorial Lumen.

Dijo Nietzsche: «El más alto concepto de un lírico me lo ha dado Heinrich Heine.» Y Menéndez Pelayo: « ... nunca ha florecido una poesía más lírica».

Maestro del lenguaje sabe Heinrich Heine llevar, la poesía romántica a la cumbre y con una parodia ponerla en cuestión rompiendo el estilo con un solo giro, desenmascarándola en su propio terreno. Se emparenta la melancolía con la ironía ante la irritación de unos y el aplauso de otros. Una singularidad de su poesía está en la paradoja entendida como estilización del sentimiento hasta un grado poético y la denuncia como tal a sí mismo.

Es un prólogo justo de esta antología. se recuerdan todas las facetas de tan polémico personaje. al mismo tiempo que se nos siembra la duda de poder encontrar en la lectura un gusto primario, una satisfacción directa. Parece que lo supieron sacar nuestros antepasados decimonónicos: en vida de Heine, el Libro de canciones fue editado unas doce veces, y eso no habrá de agradecerlo sólo a las entonaciones de Brahms. Mendelssohn, Schubert, Schumann, Hugo Wolf, etcétera, sino, tal vez, se comprenda por una profunda y algo torcida conformidad. Lo que debía irritar se acepta como una risilla afirmativa. lo sentimental como voz propia de unos elevados ideales, la ironía como claudicación ante la realidad. y quizá no resalte lo excoriado del poeta y no se evidencie la relevancia de esa lírica

Veamos un poema característico (página diecisiete. el último romance llamado En verdad). El poeta nos lleva a descubrir La primavera, sol, capullos, y florecillas, luna, y estrellas, esos primores de la naturaleza. manantiales de inspiración del poeta romántico y. con una sola palabra das Zeug, banaliza tan delicioso ambiente, burlándose del lector o del verso. La traducción conjunto poco acierta con Zeug, vocablo que, fuera de su sentido heideggeriano, tiene carácter ligeramente despectivo, algo como baratas, quincalla. De esa forma la esencia del poema, su ruptura irónica, se pierde. La traducción es un consciente trabajo con la mayor corrección y exactitud, siendo, ahora, la única en el mercado de libros en poesía de Heine. (Un pequeño despiste: poema del regreso, página 37, Bengel no es nombre propio, significa granuja, ahí el poeta hace alusión a su amigo Eugen von Breza: además es un juego de palabras: Engel (angel)-Bengel.

En la minuciosa traducción verbal no se nota la musicalidad, la frivolidad formal. Tratándose de lenguas tan distintas habría que tomarse más libertades. La métrica del original es más corta, gracias a los preponderantes monosílabos del alemán donde la mayoría de los versos resultan ágiles acertados y seguros por la rima en consonancia aguda. Parece que el traductor ha seguido el lema de Goethe que pide más verdad que poesía, pero así se ha perdido la verdad de una poesía.

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