El PSOE afianza su opción democrática hacia la libertad

El pasado domingo el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) inauguró su XXVII Congreso, celebrado en Madrid y en la legalidad. Líderes socialistas de tres continentes, con destacada representación europea, dieron su espaldarazo al partido de Felipe González. El secretario del PSOE pronunció un extenso discurso en el que propugnó un compromiso constitucional en el que se sientan las bases del definitivo tránsito del Estado español hacia fórmulas democráticas.

Dentro del PSOE la figura de Felipe González gana puntos por momentos. La gestión de su comisión ejecutiva fue aprobada por unanimidad -con una sola abstención por parte de los delegados del congreso. Algunas delegaciones que pensaban votar en contra cambiaron sobre la marcha su criterio, según parece. Esta sesión no fue pública, pero todo parece indicar que los argumentos de Felipe González fueron decisivos para obtener la aprobación.A primeras horas de esta mañana regresará a su país Willy Brandt, que ayer se entrevistó con el presidente Suárez y Su Majestad el Rey Asimismo recibió a una comisión de familiares de presos políticos vascos, que pidieron su ayuda en favor de aquéllos.

La mesa del congreso hizo público anoche un comunicado en el que se pide «la inmediata liberación de todos los presos políticos que todavía hay en el Estado es pañol». En el mismo se señala que la exigencia planteada, «especial mente importante para el pueblo de Euzkadi por el número de sus presos, la intensidad y extensión de sus condenas, se estima condición fundamental en un verdadero proceso hacia la democracia y la libertad».

A nivel de pasillos, durante el día de ayer se hacían diversas cábalas sobre las candidaturas que serán presentadas para la elección de la nueva comisión ejecutiva. Salvo la reelección de Felipe González, las cosas no estaban anoche nada claras, todavía. Para nombres nuevos se habla de Gregorio Peces-Barba y Javier Solana, entre otros.

En una rueda de prensa celebrada ayer por Willy Brandt, aseguró que no había venido para actuar de mediador entre el Gobierno y los socialistas, negó que su partido hiciera ningún tipo de presión para que el PSOE abandonara su alianza con Coordinación Democrática, y llegó a decir que Felipe González había sido criticado en su congreso mucho menos de lo que él mismo lo era habitualmente en su partido.

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