El cauce del Turia será patrimonio de Valencia
Las tierras del antiguo Turía serán patrimonio de Valencia y estoy seguro que la ciudad sabrá ponerlas al buen uso de todos los valencianos. Con estas palabras, pronunciadas desde el balcón del Ayuntamiento, el Rey don Juan Carlos devolvía un millón de metros cuadrados a los valencianos.
A las cinco de la tarde de ayer llegaron los Reyes al aeropuerto de Manises, a bordo de un Mystere, EC-BVV. Tres cuartos de hora después hacían su entrada en la plaza de la Virgen, donde iban a tener lugar los actos histórico-religiosos de la visita real.En la basílica de la Virgen de los Desamparados rezaron una salve. Al trasladarse a la catedral, fueron recibidos en su Puerta de los Apóstoles por el milenario Tribunal de las Aguas. El Rey, al saludar a su presidente, le preguntó si no le recordaba de cuando visitó este tribunal hace doce años. En el programa figuraba que iban a presidir una sesión, la que correspondía al próximo jueves, pero la falta de tiempo no lo permitió.
El tedeum de la catedral estuvo cortado por gritos de «Vivan los Reyes», mientras los feligreses, situados de pie encima de los bancos, querían ante todo ver a los visitantes. En la capilla del Santo Cáliz, la Reina doña Sofía recibió el título de Dama de la Cofradía.
Por la puerta recayente a la plaza de Zaragoza hizo salida la comitiva a las 6.45, iniciando un breve recorrido en coche descubierto por el centro de la ciudad hasta el Ayuntamiento. Junto al coche real, un hombre de la Comunión Tradicionalista, con boina negra, insignia de la Cruz de San Andrés, y con un ramo de rosas rojas en su mano, esperó a la Reina, quien aceptó el obsequio.
En el recorrido efectuado de noche, así como en la plaza llena de valencianos, pudieron observarse algunas pancartas. «El personal contratado Ministerio Obras Públicas pide tu ayuda», «Vivan los Reyes de España», «Estatut d'Autonomía per al País Valenciá», "Vivan los Reyes», «Papá manda dinero Orihuela».
A las 7.20 salían los Reyes al balcón principal. A diferencia de otros lugares que han recorrido, en Valencia han encontrado una Corporación que ha preferido hacer sus peticiones en una sesión de trabajo «sui generis», en lugar de formularlas ante la masa de personas congregadas bajo el balcón principal. Las palabras del alcalde fueron breves. Tuvo que intercalar el valenciano con el castellano a instancias del público, que gritaba «Hable en valenciano». «No voy a hablar aquí y en este momento de tales problemas -manifestó-, que serán expuestos durante las jornadas de trabajo que nos vais a dedicar estos días», centrando el interés en el significado de la restitución de propiedad del antiguo cauce del Turia. Finalizó con unas frases de bienvenida en valenciano.
Ya en el Ayuntamiento, el Rey don Juan Carlos expresó su interés por encontrarse «entre vosotros, en estas tierras maravillosas del antiguo reino de Valencia». Prosiguió afirmando que «mucho debe nuestra Patria al espíritu de Valencia», para ofrecer de nuevo el antiguo cauce al pueblo valenciano. Finalizó hablando en valenciano, con un correcto acento largamente aplaudido. Se dice que el Rey es asesorado en esta materia por el profesor Manuel Sanchis Guarner.
Las peticiones fueron formuladas a los Reyes en el hemiciclo del salón de sesiones, ante la presencia de unas 250 personas. El alcalde hizo mención al crecimiento y crisis urbana que atraviesa la ciudad, con más de 1.300.000 habitantes en la llamada gran Valencia. Formuló dos concretas peticiones: que se celebre un Consejo de Ministros para resolverlos conjuntamente, hecho que se esperaba iba a producirse con motivo de la visita real, y pedir un régimen especial de administración.
La sesión de trabajo finalizó con un significativo acto: la entrega a Tomás Trenor Azcárraga, marqués del Turia, de la medalla de oro del Mérito al Trabajo concedida por decreto de 17 de julio del pasado año. El marqués del Turia fue alcalde de Valencia durante la riada de 1957. Su denuncia de malversación de fondos enviados a Valencia para los damnificados y problemática situación creada, que no se resolvió desde la Administración central, le costó entonces el cargo, completado con el cese del antiguo director del diario Las Provincias, Martín Domínguez, por idénticas razones. Tomás Trenor manifestó a EL PAIS: «Esto es el ocaso de una vida incomparable.»
A las 8.15 los Reyes dejaban el Ayuntamiento, tras firmar en el libro de oro de la ciudad, completando el recorrido por la ciudad iniciado desde su llegada, camino hacia el Monasterio del Puig, residencia real durante estos días.
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