Cinco años en las relaciones entre la URSS y China
El 11 de septiembre de 1969, Chu En-lai y Alexei Kosiguin, jefes de Gobierno de China y la URSS se entrevistaron en una sala del aeropuerto de Pekín para lograr una solución en el conflicto chino-soviético que había degenerado en choques armados entre tropas soviéticas y chinas en los meses de marzo y julio de aquel mismo año.Los dos primeros ministros se pusieron de acuerdo sobre los siguientes puntos:
- Mantener el statu quo en la zona fronteriza.
- Evitar nuevos enfrentamientos armados.
- Creación de una zona fronteriza desmilitarizada
- Emprender negociaciones con vistas a un ajuste de las fronteras, de acuerdo con los trazados actuales y la situación creada en la zona.
- Restablecer la circulación en la zona fronteriza de los trabajadores soviéticos de la zona del río Amur, sobre la que los chinos reclaman derechos territoriales.
Las negociaciones comenzaron el 20 de octubre de 1969, dirigidas por los entonces viceministros de Asuntos Exteriores Kuznesov de la URSS y Chiao Kuan-hua (ahora caído en desgracia) por parte de China.
Las negociaciones quedaron interrumpidas en 1974 a consecuencia de un malentendido entre ambas delegaciones. Para los chinos, los puntos aprobados por Kosiguin y Chu En-lai debían ser las bases sobre las que edificar un acuerdo completo de la disputa; para los soviéticos, los cinco puntos serían un simple orden del día y cada uno debía discutirse por separado.
Hasta esa fecha se habían producido importantes acontecimientos en las relaciones entre ambos países. A pesar de haber normalizado las relaciones en julio de 1969, en agosto de 1971 se desata en la URSS una campaña anti-china; en diciembre de ese mismo año, la polémica se endurece a consecuencia del conflicto indo-paquistaní.
Por su parte, los chinos reconocerán en 1972 el derecho japonés sobre el archipiélago de las Kuriles, anexionado por la URSS. El año 1973 se caracterizó por una buena disposición soviética y el ofrecimiento de Brejnev de un pacto de no agresión, sin embargo, los chinos no dieron ninguna respuesta a la propuesta. En 1974 se avivaría la polémica a consecuencia de la expulsión de Pekín de dos diplomáticos soviéticos acusados de espionaje, así como la captura de la tripulación de un helicóptero de la URSS, devuelta en enero de 1976 y que se interpretó como un síntoma de que China estaría dispuesta a flexibilizar su postura. Mientras Brejnev en su informe al XXV Congreso del PCUS pareció defender de nuevo la postura intransigente, «continuaremos en una lucha por principio (contra China) -dijo-, una lucha intransigente contra el maoismo», pero dejó la puerta abierta a la normalización «si Pekín vuelve una política basada efectivamente sobre el marxismo-leninismo».
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