GENTE
Juan Guadaño,
cazador que se aventuró por terrenos dedicados a cría de toros bravos, en Galapagar ganaderia de Victorino Martín, fue gravemente corneado por una res, molesta tal vez con la sinfonía de disparos dedicados durante todo el día a las palomas. El animal estaba tan excitado que obligó a subirse a una encina -donde hubieron de permanecer largo tiempo- tanto al teniente de la Guardia Civil de la zona como a un hijo y a un sobrino del ganadero Martín, que habían acudido para advertir a los cazadores del peligro que podían correr. Finalmente, el propio señor Martín solucionó, junto con un colega. la comprometida situación.
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