Los inquilinos impiden el funcionamiento de un taller para subnormales

Un taller de cerámica destinado para que en él trabajen subnormales lleva paralizado desde abril porque los vecinos del inmueble no permiten la entrada al cuarto de contadores para conectar los hornos eléctricos. Según la directora del taller, los motivos expuestos por el presidente, señor Doporto, a la junta de propietarios del bloque fueron: «No queremos que nuestros hijos vean subnormales.»El taller está situado en la calle Augusto González de Besada, 2, del barrio de Moratalaz y pertenece a la organización ASSA (Ayuda Social para el Subnormal Adulto), centro colaborador del SEREM. De momento, cuenta con unos veinticinco disminuidos mentales que siguen esperando, día tras día, que el centro empiece a funcionar.

Ante esta prolongada paralización del taller, su directora, Lina Rubio, manifestó a EL PAÍS su temor a que el centro no pueda abrirse o que se consiga después de cuatro o cinco años. En un intento de colaborar, la inmobiliaria Urbis, que ha montado el taller, presentó a finales de julio una denuncia contra la junta de propietarios ya que no encontraban ningún impedimento legal para enganchar a la red, más aún contando con el permiso del Ayuntamiento y del Ministerio de Hacienda. Tras esta denuncia tienen que celebrar un juicio, pero no es esto lo que preocupa a la directora del centro, sino el tiempo que, mientras tanto, están perdiendo, «con la intención de que desistamos de nuestro propósito y les evitemos la presencia de los subnormales».

Por parte de las entidades ciudadanas de Moratalaz, Lina Rubio aseguró que desde el primer momento pusieron en su conocimiento el caso y la respuesta de las asociaciones de vecinos fue que en todo momento podían contar con su apoyo.

Mientras las autoridades se pronuncian, las promotoras del centro han iniciado una campaña para dar a conocer su problema a la opinión pública.