Los combatientes piden autorización para la manifestación del día 20

Secretaría General del Movimiento ha optado por inhibirse ante las presiones para que, de algún modo, prestase su tradicional aparato organizativo al acto convocado por la Confederación Nacional de Combatientes, para el próximo día 20, en la plaza de Oriente de Madrid, a la una de la tarde.

La gran mayoría de las concentraciones populares -a cualquier escala- durante el período franquista contaban siempre con el estímulo político, organizativo y económico de Secretaría General -en alguna ocasión de Sindicatos-, que en esta ocasión parece haber adoptado una postura de activa pasividad. «Secretaría no hará absolutamente nada ante la convocatoria de los combatientes y, en todo caso, preferiría que la gente no acudiese», manifestaron fuentes próximas a Secretaría.Por otra parte, el señor Valero Bermejo informó que ayer martes, por la mañana, se había presentado, con fecha del día anterior, la solicitud correspondiente para la pretendida concentración del día 20 en la plaza de Oriente. «No tenemos respuesta, pero nos han asegurado -afirmó el señor Valero- que nos la darán en breve.»

La convocatoria de los combatientes ha pasado ya por un primer episodio que introduce un elemento de tensión en el tema: la denegación eclesiástica para la celebración de una misa con motivo de la posible concentración. La Federación de Combatientes utilizó la vía de solicitar del arzobispo de Madrid la celebración de la misa, y la oficina de prensa del arzobispado comunicó, tras confirmar que se había producido la solicitud, que «el señor cardenal arzobispo ha considerado conveniente no acceder a esta petición, ya que cree que no concurren suficientes razones pastorales para que la Eucaristía sea celebrada dicho día en la plaza de Oriente, porque la santa misa, cuyo ámbito religioso debe ser defendido, como asimismo su significación de sacramento de unidad y de testamento de amor -prosigue la nota-, podría en esta ocasión verse deformada en su sentido, por actuaciones o por circunstancias ajenas a la buena voluntad y a la recta intención de los organizadores».

La nota del arzobispado concluía afirmando que el prelado «ha recibido con complacencia la iniciativa de las autoridades civiles de solicitar la celebración, en la basílica del Valle de los Caídos y en los pueblos de la provincia, de funerales en el primer aniversario de la muerte del anterior Jefe de Estado». «Serán muchos sin duda -termina la nota- los que podrán así, dentro de los templos, tomar parte en el santo sacrificio de la misa y comulgar en sufragio del alma de Su Excelencia don Francisco Franco Bahamonde y por los demás difuntos de nuestra comunidad.»

En medios políticos se ha valorado detenidamente la postura del arzobispado y no se descarta alguna discreta consulta previa a la decisión denegatoria. En este sentido, se aguarda con interés la decisión del Gobierno Civil de Madrid ya que, de autorizarse la concentración, no se explica la negativa a la celebración de la misa, como no fuese una muestra tajante de independencia por parte de la jerarquía eclesiástica respecto de los grupos políticos situados más a la derecha y con el aglutinante común del postfranquismo.

Algunos observadores consideraban ayer mismo la posibilidad de que se autorizase la concentración en la plaza de Oriente y asistiera algún miembro cualificado del Gobierno, en un intento de oficializar lo que, en principio, tiene carácter de reto frente a los actos que el propio Gobierno prepare en el Valle de los Caídos. Sin embargo, esta hipótesis era acogida con grandes reservas.

Cabe señalar, finalmente, la reacción ante la postura del arzobispado en los medios de extrema derecha. El Alcázar, órgano de los combatientes, ha contestado la decisión con notable dureza.