Ejército y política
Los abajo firmantes conocimos, a raíz de su difusión dentro del Ejército de Tierra, el escrito que el Excmo. Sr. don Manuel Gutiérrez Mellado dirigió, como jefe del Estado Mayor Central, a los componentes de la referida institución. A pesar de vernos directamente aludidos no quisimos en aquel momento hacer ningún tipo de manifestación por entender que, pese a su carácter no reservado, era una cuestión interna del Ejército y en modo alguno quisimos interferir en su relación con la opinión pública, ni mostrar ningún tipo de reservas ante la ejecutoria del citado teniente general.A la vista de la publicación en la prensa del referido documento y al vernos mencionados expresamente ante la opinión pública, nos sentimos obligados a hacer las siguientes puntualizaciones que, a nuestro entender y con todo respeto, pueden aclarar una serie de conceptos para nosotros personalmente importantes.
En primer lugar manifestamos nuestro acuerdo con la idea expresada de que en el Ejército no se debe desarrollar ninguna actividad política. Sin ánimo de justificar ni defender a ninguna organización, queremos recordar que en el Consejo de Guerra en que se nos condenó, se leyeron documentos que sustentaban esa tesis y se denunciaban otras situaciones que iban en contra de ella.
En relación con la afirmación de que nuestro reingreso en el Ejército no es posible, manifestamos nuestro acatamiento ante lo dispuesto en el decreto-ley de Amnistía, pero también nuestra esperanza de que en el futuro se lleve a cabo una revisión del proceso.
No somos quiénes para juzgar nuestro posible acierto o error, pero salimos al paso de la afirmación que se hace de que nuestra conducta ha sido inconsciente, puesto que ha dimanado siempre de la adopción de una postura meditada y como imperativo de una ética profesional para nosotros irrenunciable.
Todo lo anterior, a pesar de su importancia, no justificaría el hacer públicas estas consideraciones. Lo que nos parece más importante, porque en ello va implícita nuestra libertad individual y nuestra concepción ética de la vida, es el párrafo que dice: «Ahora bien, si se dejasen coger en las maniobras políticas que hoy les acosan, sin darse cuenta de la manipulación que se pretende realizar con ellos, pudiera suceder que la exacerbada repulsa de algunos (que yo quisiera que desaparezca) y el rechace terminante a lo que hicieron de la inmensa mayoría del Ejército se convirtiera para siempre en una grave y profunda enemiga compartida por todos los que fuimos sus compañeros.»
Por la sentencia del Consejo de Guerra, quedamos separados del servicio a todos los efectos, sin que la amnistía haya modificado esta situación como antes indicábamos. Esto implica que las limitaciones en cuanto a libertad de actuación política existentes institucionalmente para los miembros de las Fuerzas Armadas, no son de aplicación para nosotros. No obstante lo cual, y también libremente, hemos decidido no seguir línea política partidista alguna, y así lo hemos manifestado en repetidas ocasiones, incluso públicamente. Por otro lado no alcanzamos a comprender qué maniobras políticas son las que nos acechan o qué manipulaciones se pretenden, pero en todo caso creemos que aunque nuestra actuación política individual cambiara, de acuerdo con la libertad a que nos hemos referido y a la que tenemos derecho irrenunciable, ello no podría nunca justificar enemistades graves y profundas por parte de nadie.
Terminamos expresando nuestro deseo de ser comprendidos y reafirmando nuestra voluntad de convivencia y entendimiento con todos los españoles.
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