El socialismo portugués, en busca de su "unidad y cohesión"

El tercer congreso del Partido Socialista Portugués comenzará mañana en Lisboa con la asistencia de los principales líderes del socialismo y la socialdemocracia europea. Willy Brand, François Mitterrand, Bruno Kreisky, Olof Palme, ya han confirmado su asistencia a esta gran asamblea del partido gobernante en Portugal.

A la reunión han sido invitadas 55 delegaciones extranjeras, que incluyen además de una representación de la oposición chilena, tres delegaciones de partidos españoles. Según nos han manifestado los organizadores del congreso, esperan la llegada de una representación del Partido Socialista Obrero Español, presidida por Felipe González, así corno otra del Partido Socialista Popular, de la que Formará parte Raúl Morodo. Los socialistas portugueses esperan también la llegada de una representación de los comunistas españoles, presidida por Santiago Alvarez.,El congreso, que durará tres días, comenzará con un «relatorio del secretario general, Mario Soares, en el que se desarrollarán los puntos principales de la actividad de los socialistas durante los dos años transcurridos desde la celebración de su anterior congreso, en 1974. Los congresistas discutirán después el informe de el secretario general y a continuación pasarán a examinar los diversos temas relacionados con la alteración de los estatutos. Durante el segundo día los congresistas se dedicarán a votar las alteraciones estatutarias propuestas por las diversas comisiones, y finalmente votarán la composición de los órganos máximos del partido, secretario general, comisión nacional y comisión de conflictos.

Según declararon ayer los líderes socialistas en una conferencia de prensa, este congreso será el congreso de la «unidad y la cohesión», al contrario de lo que ocurrió con el anterior, que provocó la escisión de un grupo liderado por Manuel Serra, situado en una línea más cercana al Partido Comunista Portugués. Los dirigentes socialistas se niegan a reconocer la existencia de las diferentes tendencias y prefieren llamarlas «corrientes de opinión», al mismo tiempo que señalan que su organización autónoma está prohibida. En todo caso, aunque en el transcurso de las sesiones los enfrentamientos entre las dos corrientes son inevitables, nadie espera una escisión, sobre todo porque ambas tendencias están representadas en el Gabinete que dirige Mario Soares.

No obstante, el congreso puede ser decisivo para la continuación del actual Gabinete. Un ascenso de influencia de cualesquiera de las tendencias del partido podría romper el equilibrio existente en el Gabinete y forzar a Soares a reaIizar un reajuste. Es esto lo que pretenden exactamente ambas orientaciones: colocar el máximo de hombres en la comisión nacional, órgano máximo del partido, que decide sobre la composición del Gabinete.

Al mismo tiempo que el congreso socialista, el Partido Social demócrata Portugués (ex Partido Popular Democrático), celebrará dos asambleas en Leiría, en el centro del país. Los socialdemócratas portugueses harán un congreso extraordinario para aprobar los nuevos estatutos y a continuación uno ordinario en el que elegirán los nuevos órganos directivos del partido. Aunque no se esperan cambios espectaculares, es posible que el actual secretario general, Sa Carneiro, pase al cargo de presidente, lo que por otra parte, sólo supondrá un cambio relativo, pues la dirección continuará en sus manos.