Hoy, tercer y último mano a mano televisado entre Ford y Carter
Considerado decisivo por ambos bandos, el tercer y último debate televisado entre Ford y Carter se celebrará esta noche en la histórica ciudad de Williamsburg (Virginia). Los expertos aseguran que el «vencedor» de este enfrentamiento incrementará en por lo menos tres puntos su porcentaje de aceptación entre el electorado.Los asesores del presidente le advirtieron sobre las consecuencias funestas que podría tener cometer otro error como el cometido en el anterior debate respecto a la dominación soviética en Europa Oriental. Por su parte, los consejeros de Jimmy Carter le recomendaron que no ataque a Ford personalmente, que no ponga en duda la integridad moral de su adversario y se limite a criticar las actuaciones de Ford en la Casa Blanca.
Según parece, los expertos en opinión pública del Partido Demócrata comprobaron que los comentarios irónicos y las acusaciones de Carter respecto a la posteriormente desmentida utilización ilegal de fondos electorales por Ford, tuvieron consecuencias desfavorables para la imagen de Carter.
Los dos candidatos y especialmente Ford, que está seis puntos por debajo de su adversario en los sondeos, se juegan mucho en este último debate, que se celebra a diez días de la jornada electoral, y que puede contribuir a que más de treinta millones de votantes indecisos opten por uno u otro de los aspirantes a la presidencia. Por ello, es de prever una notable radicalización de las posturas de ambos, tendente a dar una imagen de seguridad y fortaleza, a la vez que una cierta cautela ante el temor de que una equivocación estropee todo.
De cualquier modo, la serie de debates televisados de la campaña electoral decepcionó no sólo a la mayoría de la audiencia, sino también a los propios estrategas de cada partido.
Incluso en medios cercanos a la Liga Femenina de Votantes, organización patrocinadora de los encuentros, se comentaba que éstos habían servido más para la estrategia electoral de los candidatos que para la educación del electorado.
En otros medios se criticaba la actitud de la prensa de atribuir, inmediatamente después de cada debate, la «victoria» a uno de los candidatos, lo que contribuye a mixtificar la naturaleza y finalidad de los enfrentamientos.
Sin embargo, este es un fenómeno imparable y numerosas organizaciones de sondeos de opinión se dedican, después de cada debate, a telefonear a un determinado número de telespectadores, que forman una muestra sociológica más o menos representativa de la realidad nacional, para preguntarles su opinión sobre la «actuación» de cada candidato y confeccionar seguidamente estadísticas al respecto.
Mientras se preparan para el debate de esta noche, los dos candidatos aprovechan cualquier ocasión para criticar a su oponente. Ford, en una conferencia de prensa celebrada el miércoles, volvió a sacar a relucir el, al parecer, inagotable tema de la entrevista con Carter publicada por Playboy.
Ford dijo que él no hubiera concedido una entrevista a Playboy, porque «un presidente de los Estados Unidos no debe ser entrevistado en ese tipo de publicaciones». Desde su granja de Plains, Georgia, el candidato demócrata justificó sus declaraciones a la conocida revista «sólo para hombres», diciendo que docenas de políticos, entre ellos el propio secretario del Tesoro de Ford, William Simons, y el gobernador de California, Jerry Brown, habían sido entrevistados recientemente por Playboy.
Pero los republicanos parecen decididos a aprovechar al máximo el daño que la tal entrevista pueda haber provocado en la imagen de Carter y acaban de invertir un millón de dólares en publicar un anuncio en más de trescientos periódicos en el que se reproduce la portada de Playboy y otra de Newsweek en la que aparece Ford. El texto del anuncio dice: «Si quiere saber quién es Jimmy Carter, lea Playboy. Si quiere saber quién es Ford, lea Newsweek».
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